[REVIEW] The Crown – Temporada final

Un poco tarde, pero aquí les traemos la review final de un cierre triste aunque algo deslucido de la nave insignia de Netflix, «The Crown», que se despidió el pasado 14 de diciembre.

Por @mauvais1

No voy a entrar en la discusión, no es tiempo de tenerla cuando hace mucho que debió entenderse que una ficción, aunque basada en hechos reales, sigue siendo una ficción al fin y al cabo. Una charla que puede que tenga sus aristas, todo tema logra tenerlas cuando se le da demasiadas vueltas, pero no deja de ser una cuestión que por lo menos aquí será tema en ciertas circunstancias.

La sexta temporada es una despedida con el tono con que The Crown ha desandado su carrera, melodrama de exportación, como solo los británicos pueden hacer. Con ese gustito a teatro shakesperiano, de personaje del dramaturgo que solo existe para provocar a su entorno, deconstruirlo y por fuerza convertirlo tanto como se convierte a sí mismo. Hay mucho de eso en esta reina, de hecho la historia en sus seis temporadas habla de ello. «Hay una ley de vida, cruel y exacta, que afirma que uno debe crecer o, en caso contrario, pagar más por seguir siendo el mismo», escribió Norman Mailer, y y puede que, de acuerdo a nuestra fantasía, haya sido el lema de Peter Morgan al narrarla.

También fue una carta de amor a la realeza, la británica en especial, aunque sin caer en lo patético de un fan como suele ocurrirle a otros como Julian Fellowes, por dar un ejemplo. Aquí Peter Morgan tuvo cierto recato, distancia con sus personajes, la suficiente como para darles el vuelo que un drama telenovelesco merece y necesita para lograr empatía, y por qué no morbo, con el espectador.

Isabel II es y fue el sujeto a experimentar, con un trio de actrices capaces de matizarla aún más de lo permitido hasta ahora, si uno olvida las parodias como The Prince (2021) o The Windsors (2016-), y lejos de la letanía casi panegírica de Helen Mirren en The Queen (2016), ensayo del mismo Morgan. Repasar la historia de la monarca no podía sonar más agotadoramente insustancial, hasta que se dieron cuenta que la reina que pudo no haberlo sido, tenía después de todo corazón y género. Una mujer que debió reescribirse, reinterpretarse así misma aún a pesar de ser desconocida por los propios, nos repetimos. Y es porque no habría show si no se remarcara ese mote.

Imelda Staunton ha dado una muestra magistral de registro, ha sabido jugar con un personaje que por fuerza se leerá como conocido y gracias también a los guiones, desarrollarla más allá de una mascara conmemorativa. Olivia Colman y Claire Foy también bordaron sus instancias, pero es aquí, quizás ya con el diario del lunes (es decir, la reina real desaparecida) cobra otra dimensión. Esa que los dramas británicos de castillos y nobleza fuera de su tiempo son tan adeptos. Fantasmas, memorias patéticas y conmovedoras.

Los años registrados en esta temporada, como en los casos reales, sumergieron a la protagonista en las sombras de una noble heroína más popular, la bellísima Lady Di. Y fue un desacierto porque como espectador habría sido interesante especular sobre cómo Isabel vivió esos años de cierta clandestinidad pública. Hurgar en los pensamientos de alguien, que de acuerdo a la trama general, solo quiso ser comprendida y amada cuando entendieran el esfuerzo. Aquí el chismorreo fue más fuerte que el drama de salón aristocrático decimonónico, como en un escrito de Stella Tillyard o una tragedia burguesa, que es en esencia, si se nos permite. Pero no solo de pobres niños ricos, mejor aún, de aristocracia con toques decadentes que venía proponiendo.

Por eso no es la mejor temporada de toda la carrera de la serie, y no es cuestión de tiempos, que ya rodaba cuesta abajo en velocidad de hitos dramáticos desde mucho antes, si no que parece deslucirse en su tono, en cómo es abordado. En la segunda parte retoma cierto aire pero solo para concentrarse en un homenaje artificioso que dentro de este monumental artificio lo hacer ver vulgarmente pornográfico en su sentimentalismo. Nos explicamos: aquí más que nunca ponen a nuestra heroína a justificarse verbalmente, a disertar sobre teorías que solo los periodistas y biografías no autorizadas divulgaban, y convierten a Isabel II en una respuesta andante ante tanto trajinar de elucubraciones. Y eso nunca fue el asunto, lo era la versión de sus vivencias, no la moraleja de las mismas o sus derivados.

De todas maneras. seguimos creyendo que es de los mejores dramas que ha dado Netflix, quizás junto a las primeras temporadas de House of Cards (2013-2018), y mencionamos esta en particular porque son históricas de la plataforma donde el medio era utilizado hasta el último recurso para narrar una interesante historia. Tiempos que resultan, de alguna manera, nostálgicos, tanto como la despedida que la serie ha hecho. Deslumbrante y plagada de estrellas del medio, ha sido un paseo memorable.


Título: The Crown (2016 – 2023)

Dirección: Peter Morgan (Creador), Stephen Daldry, Philip Martin, Julian Jarrold, Benjamin Caron, Jessica Hobbs, Alex Gabassi, May el-Toukhy, etc.

Guion: Peter Morgan, Tom Edge, James Graham, Edward Hemming, etc.

Reparto: Claire Foy, Olivia Colman, Imelda Staunton, Matt Smith, John Lithgow, Vanessa Kirby, Tobias Menzies, Josh O’Connor, Emma Corrin, Helena Bonham Carter, Gillian Anderson, Elizabeth Debicki, Dominic West.

Música: Rupert Gregson-Williams, Martin Phipps, Lorne Balfe.

Fotografía: Adriano Goldman, Ole Bratt Birkeland, Stuart Howell, Frank Lamm, Rasmus Videbæk, Fabian Wagner.

Compañías: Netflix, Left Bank Pictures, Sony Pictures Television International.

Basada en la exitosa obra de teatro de Peter Morgan, ‘The Audience’, cuenta la historia de la última reina de Inglaterra, Isabel II, y de la relación entre dos de las direcciones más famosas del mundo: el Palacio de Buckingham y el número 10 de Downing Street, con las intrigas, amores y maquinaciones detrás de los eventos que forjaron la segunda mitad del siglo XX. Dos casas, dos cortes, una corona. Cada temporada trata las rivalidades políticas e intrigas personales durante una década del reinado de Isabel II y explora el delicado equilibrio entre su vida privada y la vida pública.

Acerca de Marco Guillén 4338 Articles
Aguanto los trapos a Jordi Savall. Leo ciencia ficción hasta durmiendo y sé que la fantasía es un camino de ida del que ya no tengo retorno.

Be the first to comment

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.