[REVIEW] Arcane: League of Legends

El equilibrio perfecto entre una buena animación y una historia compleja. Basada en el mundo de «League of Legends», «Arcane» es una de las mejores adaptaciones de videojuegos de los últimos años.

Por @nahuutwm

Arcane es la adaptación animada del videojuego League of Legends, un famoso MOBA en el que 10 jugadores se enfrentan, en equipos de 5 v 5 utilizando diferentes personajes con características y poderes distintos, intentando destruir el nexo rival. Uno de los juegos más famosos a nivel mundial, llega a Netflix con una nueva serie de animación que promete elevar la vara para futuras producciones animadas.

En Arcane nos centramos en una de las ciudades fundamentales de Runaterra, nombre que recibe el mundo ficticio de LOL. Particularmente, nos ubicaremos y seguiremos a los personajes que habitan las ciudades de Piltover y Zaun o, el arriba y el abajo. Dos ciudades que conviven en una relación simbiótica, pero con oscuros secretos y complejas relaciones que se entretejen en sus calles.

Los habitantes de Piltover —o el arriba— disfrutan de una vida plena, repleta de lujos y comodidades, mientras que los habitantes de Zaun —o el abajo— simplemente luchan día a día para sobrevivir entre la pobreza y con las sobras que reciben de Piltover.

Con estos elementos dispuestos, Arcane nos narra una batalla entre la luz y la oscuridad. Una luz y una oscuridad que lejos de ser bandos claramente definidos en una lucha superficial y física, estamos hablando de un enfrentamiento de una complejidad apabullante para una serie apuntada a un público juvenil. Una luz y una oscuridad con una cara dual y compleja.

La luz y la oscuridad habitan tanto arriba, como abajo, en todos los personajes, que solo intentan hacer lo mejor que pueden en sus vidas, limitados por la ignorancia y la desidia, producto de un sistema opresivo que hará lo necesario para mantener el status quo.

En Arcane, lo que hay es una lucha de clases donde la aristocracia de Piltover busca constantemente el progreso de su sociedad, como mejorar la vida y la economía de su ciudad, sin pararse a pensar un segundo en la pobreza y la miseria que viven los habitantes de Zaun. Con sus recursos, en lugar de fabricar magia para crear armas o medios de transporte para agilizar una economía que ya estaba bastante desarrollada, podrían usarlos para mejorar la calidad de vida de un pueblo al que solo recuerdan cuando precisan de mano de obra para mantener su estructura comercial. El pueblo de Zaun simplemente es la clase obrera que funciona como receptáculo de aquellos trabajos que en la “Ciudad del Progreso” no quieren realizar.

Mientras que en Piltover, las personas estudian, comercian o viven una vida plena; los habitantes de Zaun sufren la violencia diaria, el abandono y deben recurrir al robo u otras maneras alternativas para subsistir. Puesto que también tienen su entrada prohibida a Piltover. Por lo tanto, ni siquiera tienen la opción de optar por estudiar y mejorar su estilo de vida. De esta manera, se suscita y se mantiene un sistema de desigualdad social que provocará la gran cantidad de tragedias y problemáticas que abordará esta serie.

Arcane es una serie repleta de dualidades. Por un lado, muy fácil de identificar en los casos de separación entre Piltover y Zaun, Valder (benevolente pero inocente líder de la resistencia militar Zaunita) y Silco, un excompañero de Valder devenido en un antagonista por su visión extremista de la revolución. Por otro, más velados o necesarios de una reflexión mayor en el caso de las piedras Hextech y el Shimmer. Las piedras Hextech, un elemento mágico que, usada para el bien, podría funcionar como una fuente infinita de energía que llevaría a la ciudad del progreso a una edad de oro para el comercio y la calidad de vida de sus habitantes; sin embargo, usada para el mal podría ser la generadora de armas de destrucción masiva que provocaría que reine el caos en Piltover. De la misma manera funciona el Shimmer que, en pequeñas cantidades, tiene propiedades curativas, pero utilizada sin reparos, tiene una alta probabilidad de generar una dependencia fisiológica a ella.

Bajo estas problemáticas es que se sostiene una serie con grandes dosis de complejidad. Sus personajes terminan obrando, dentro de estos límites, de esta estructura. El primer capítulo nos presenta a Vi y a Powder, dos pequeñas que quedan huérfanas en medio de una lucha violenta entre las dos ciudades. Por este motivo, son adoptadas por Valder. Tras un pequeño salto temporal, las vemos corriendo por los tejados y edificios, dedicándose al robo de tesoros y mercancía para venderlos en el mercado negro de Zaun. Dos niñas pequeñas.

En este mismo capítulo, también las vemos jugando como las dos niñas que realmente son, junto a su grupo de amigos que incluye a Ekko, un joven informante conocedor de los más oscuros secretos de Zaun. La dualidad, incluso, llega a sus personajes que se ven forzados a crecer a tan corta edad. Por un solo objetivo: sobrevivir.

La serie abarca varios años y una gran variedad de personajes de ambas ciudades, por lo que podremos ver las perspectivas y decisiones de todos estos. Entenderemos, sin juzgar, porque estos personajes actúan como lo hacen, qué los llevó hasta las circunstancias en que se encuentren y cómo, aunque lo deseen, no pueden escapar de una historia que está condenada a repetirse.

Incluso personajes como Jayce, Viktor y Heimerdinger, genios científicos con ánimos de mejorar Piltover y hacer el bien, terminan siendo presos de su propia ignorancia. Jayce un joven que nació y creció repleto de privilegios, desea ayudar a una ciudad que desconoce. Por esta razón, actúa con base en sus ideales egoístas, incluso sin saber que está siendo manipulado. Viktor, quién nació en la pobreza y pudo salir de ella, comienza a sentir celos de Jayce y solo desea recuperar su salud y pecará de la misma codicia del “malvado” Silco, quién desea recuperar la libertad, aunque esto implique robársela a los demás. Por su parte, Heimerdinger es la versión adulta de Jayce, el fundador del consejo de Piltover cree obrar con mesura y objetividad, pero simplemente es ignorante de las necesidades de su pueblo. Al igual que todos los personajes, a lo largo de la historia recibirá una importante lección que lo ayudará a crecer como personaje.

Por estos motivos, uno entenderá a medida que avance en la historia, que no hay buenos ni malos. Habrá antagonistas, claro. Pero lejos están de ser villanos, y si lo hay, sería el sistema que los oprime y que se repite en cada paso que dan. Después de todo, cada acción que los personajes de Piltover o Zaun intentan dar para resolver este problema de la desigualdad, lo único que logra es hacerla aún más marcada y generando más enemistad entre sus pueblos. Porque si bien, todos intentan hacer lo que creen mejor, ninguno logrará su objetivo. En este sentido, Arcane termina siendo una serie pesimista y extremadamente frustrante, si lo que deseamos es que nuestros personajes preferidos logren sus deseos. Algo que ya hemos visto en otras series de este año como Cyberpunk: Edgerunners.

Por si esto fuera poco, Arcane complementa todo este entramado de crítica sociopolítica y el desarrollo de sus personajes con un estilo de dibujo y animación atrapantes. Con un estilo de modelado 3D con líneas gruesas y sucias para las caras y complexiones de sus personajes, algo que recuerda a otras producciones como Star Wars: The Clone Wars y Spider-Man: Into the Spider-Verse, dandole a sus protagonistas una combinación de madurez con cierto tono infantil propio del videojuego en el que se basa. Otra cosa a destacar es el uso de dibujado 2D en los elementos inanimados, ya sea explosiones, partículas, elementos como fuego o agua, que funcionan para acentuar la importancia de hechos clave en la historia. Esta técnica permite que el ojo perciba con mayor facilidad los elementos a los que prestarle atención con mayor detalle.

En esta misma línea, va el montaje y la utilización de transiciones para dar paso a un ritmo ágil de la acción. Como puede ser un zoom en el ojo de un personaje para cambiar de escena e ir a un zoom out en otro personaje, o la utilización de animales como cuervos para saltar de una secuencia a otra. No solo es fundamental destacar esto por el ritmo que le otorga a la serie, sino también por su uso narrativo. Los cuervos suelen asociarse al personaje de Jinx (quién conoceremos en la segunda mitad de la serie), por lo tanto, siempre que haya un cuervo en escena, muy probablemente terminemos en una transición hacia ella. O lo mismo con el agua para Silco, ya que este elemento fue determinante para su composición como personaje. Esto se cuida a tal nivel que incluso cada personaje cuenta con un color característico, siendo Powder el azul, Vi el violeta o Ekko el verde, por citar algunos ejemplos.

Otro elemento clave es el dinamismo de la animación propiamente dicha. Arcane estuvo seis años en producción, por lo que no es de extrañar que todo este tiempo haya servido para planificar, contratar y trabajar con todo el cariño del mundo este apartado. La cantidad de frames claves con la que cuenta esta serie provoca que la fluidez en los movimientos de los personajes genere una satisfacción enorme a la vista. Algo que, en las escenas de acción combinan con la cámara lenta dando lugar a escenas realmente épicas como aquella del capítulo 6 que no revelaremos para no dar spoilers.

En conclusión, Arcane es una de las mejores series del año. Una prueba que cuando se logra combinar un buen presupuesto con una buena cantidad de tiempo de trabajo se alcanzan niveles insospechados de calidad. Esto se suma a un guion elaborado para el disfrute tanto de aquellos que jugaron a los juegos, con pequeños guiños a los clásicos campeones del League of Legends, pero también con una historia que se sostiene por sí misma y es capaz de enamorar a propios y extraños por su gran complejidad en construcción de universo y personajes.

Por supuesto que la vasta riqueza de Arcane no puede ser resumida en tan pocas palabras y sin recurrir a spoilers. Por esto mismo, les damos el puntapié inicial para que se animen a descubrir esta impecable obra de arte.


Título original: Arcane: League of Legends

Año: 2021

País: Estados Unidos

Dirección: Christian Linke (Creador), Alex Yee (Creador), Pascal Charrue, Arnaud Delord, Jérôme Combe, Ash Brannon.

Guion: Christian Linke, Alex Yee. Historia: Christian Linke, Alex Yee, Conor Sheehy, Ash Brannon.

Música: Alexander Temple, Alex Seaver. Tema: Imagine Dragons, J.I.D.

Compañías: Fortiche, Riot Games.

Distribuidora: Netflix

‘Arcane’ ahonda en el precario equilibrio entre la rica ciudad de Piltover y la sórdida y oprimida Zaun. La tensión entre ambas ciudades-estado se exacerba, por un lado, debido a la creación en Piltover de algo llamado «Hextech», que permite a cualquiera controlar la energía mágica, y, por otro, de una nueva droga en Zaun llamada «Shimmer», que transforma a los humanos en monstruos. La rivalidad entre las dos ciudades divide a las familias y los amigos. ‘Arcane’ da vida a las relaciones que moldean a algunos de los famosos campeones de ‘League of Legends’, como Vi, Jinx, Caitlyn, Jayce y Viktor.

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