[REVIEW] High Flying Bird: El detrás de la NBA (Negocio bastante adquisitivo)

El detrás de la liga de básquet más grande del mundo llega a Netflix de la mano de Steven Soderbergh, entregando un film de deportes sin deporte, pero muy inteligente y atractivo.

Por @08Federock

En este caso seguimos las peripecias de un agente de deportes que lanza a un cliente novato de básquetbol en una oportunidad de negocios intrigante y controvertida durante un cierre patronal. Este cierre es el lockout, muy parecido al último sucedido en 2011 (sobre el cual la película se basa libremente).
El lockout fue una huelga de la NBA donde los propietarios de las franquicias y el sindicato de jugadores no alcanzaron un acuerdo para renovar el nuevo contrato (CBA). Esto presentó varios dilemas, pero uno era el salario de los jugadores, especialmente de las no superestrellas.

El director Steven Soderbergh (que filma todo con un iPhone, al igual que su anterior película Unsane) y el guionista Tarell Alvin McCraney (Moonlight) se basan en esto, volviéndolo más contemporáneo, en esta película de ficción pero con personajes y situaciones muy reales. En la actualidad la NBA no está en lockout, pero tiene problemas similares.

En esta película los dribbles son reemplazados por movimientos ágiles de negocios, las volcadas son algunas líneas de relato que golpean fuerte, las asistencias se las dan los personajes entre los diálogos dinámicos entre ellos, mientras las bombas de tres puntos son el broche final con las acciones satisfactorias que suceden en el último acto. Las habitaciones se vuelven lo más importante de la película. Estas son las canchas. Durante la película hay varias de estas charlas, las cuales son donde empieza y termina todo.

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A lo largo del film, más allá de los personajes construidos por el guionista McCraney, aparecen entrevistas a basquetbolistas que existen en la vida real, como Reggie Jackson, Karl Anthony Towns y Donovan Mitchell. Los tres responden preguntas sobre lo que es ser un “rookie” (Novato) en la NBA, y cómo adentrarse a ese mundo soñado. Esto le agrega a la película ese tono documentalista, dándole una distinción auténtica.

Además tenemos a los personajes como el protagonista representante de jugadores Ray Burke, interpretado por un correcto André Holland (Moonlight, Selma), y otros personajes secundarios que vienen de la banca y ayudan a que la película se sostenga muy bien. Todos con caras conocidas, como Zazie Beetz (Atlanta, Deadpool 2), Bill Duke, Zachary Quinto (Heroes, Star Trek), Sonja Sohn (The Wire), Kyle MacLachlan (Twin Peaks) y hasta el joven Caleb McLaughin de Stranger Things tiene su pequeña parte.

Cada uno hace un excelente trabajo, como también los jugadores en cuestión, que tranquilamente podrían basarse en jugadores de la NBA en la vida real. Eso queda a gusto del espectador, si es que le encuentran algún parecido. Lo seguro, es que esto pudo o podría pasar sin lugar a dudas. Esto es gracias a lo inteligente del guion en otorgar una visión moderna al patriarcado capitalismo histórico que se sufre en el mundo.

En otra película de Netflix como es Amateur, allí también se toca el tema de negocios en jóvenes atletas que solo buscan seguir su sueño. Pero es bastante más ilusorio. Con High Flying Bird se le pone el foco al juego que inventaron los más ricos por encima del juego. Ese negocio que sobrevuela las bandejas, los entrenamientos y la simpleza de Stephen Curry y LeBron James.

Como dijo Soderbergh en una entrevista: “Siempre me ha interesado un proyecto que aborde la cuestión de por qué los jugadores no tienen una participación directa en la propiedad de ninguna de las ligas deportivas más importantes, especialmente el baloncesto, porque está dominado por los atletas negros. Siempre me pregunto cuando surgen los contratos por qué un grupo de jugadores no se reúne y dice: ‘Debemos ser dueños de todo esto‘».

Esta no es una historia solamente de los millonarios, sino de los que no logran llegar a serlo. De cómo es la vida de esos que no lo logran, o que están detrás en ese aspecto del negocio pero están del lado de los jugadores.

También hay una emotiva y pequeña charla en la cancha que llegará más al espectador que haya jugado a este hermoso deporte, o que alguna vez soñó con crecer esos centímetros para poder llegar más alto.
El tema de la película tranquilamente se podría llevar o ligar hacia otros temas de negocios en el mundo. Hasta aparece la mismísima Netflix involucrada. La tecnología, gracias a Soderbergh, tiene un papel muy importante en este aspecto de la trama.

Más allá de lo inteligente e interesante de lo que habla el film, Soderbergh con sus ángulos y movimientos de cámara, más montaje, logra hacer todo más pasajero. Dándonos asientos de primera fila a esos diálogos y discusiones en habitaciones y lugares. Como si viéramos los primeros minutos de un partido de básquet peleado, hasta el final, dónde el puntaje tan apretado se convierte en un final satisfactorio.

PUNTAJE: 8.5/10


Título original: High Flying BirdHigh Flying Bird Poster

Año: 2019

Duración: 90 minutos.

País: Estados Unidos.

Dirección: Steven Soderbergh.

Guion: Tarell Alvin McCraney.

Fotografía: Steven Soderbergh.

Reparto: André Holland, Kyle MacLachlan, Zazie Beetz, Caleb McLaughlin, Michelle Ang, Melvin Gregg, Jeryl Prescott, Zachary Quinto, Bill Duke, Sonja Sohn.

Productora: Extension 765 / Harper Road Films. Distribuida por Netflix.

Género: Drama | Deporte. Baloncesto.

Sinopsis: En medio de una huelga de la NBA, el agente deportivo Ray Burke queda envuelto en un enfrentamiento entre la liga y los jugadores. Con su carrera en juego, Ray decide jugarse el todo por el todo e idear un plan audaz en solo 72 horas en las que podría aventajar a los más poderosos y cambiar las reglas para siempre. ¿Quién domina el juego y quién debería dominarlo?

 

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