[REVIEW] Heartstopper – Temporada 1

Charlie, un pensador demasiado nervioso y abiertamente gay, y Nick, un jugador de rugby alegre y de buen corazón, un día se sientan juntos en clase.

Por @mauvais1

«Ternura» y «candidez» serán dos palabras que escucharán mucho cuando comiencen a leer las reseñas y criticas de esta adaptación que lleva adelante Alice Oseman sobre su propia obra, que he de admitir aún no podido leer. Y luego de haber visto la temporada, comprendo por qué el primer volumen está agotado.

Pongámonos en tema, la historia tiene como protagonistas a un grupo de adolescentes a inicios del año lectivo, nuevos compañeros, nuevos retos. En este colegio exclusivo de varones, Charlie Spring sobrevive como un paria, un niño que habiendo salido, intuimos no de la mejor manera, del closet, enfrenta el mundo masculino como el único chico gay. Más allá de sus amigos de los que no sabemos mucho sobre sus elecciones, ha sido él, y solo él, el blanco de bromas homofóbicas a las que ha enfrentado no con resiliencia más bien invisibilizándose hasta casi desaparecer. Más allá de su secreta relación con un chico que no quiere que nadie lo sepa, y quien abusa de sus inseguridades, trajina sus días lamentándose, pidiendo disculpas por quien es.

Claro hasta que Nick Nelson se sienta junto a él en la clase. Más allá de la esperable historia de amor, deliciosamente tierna, la serie plantea también la aceptación de lo que estamos destinados a ser, habla sobre la posibilidad de que todo puede nacer de una amistad sincera, el compartir sin establecer, sin prejuicios hacia los otros. Alice Oseman y el director Euros Lyn narran un sin fin de posibilidades sobre las relaciones, esos primeros escarceos con el amor en la adolescencia, planteándolos con la misma inocencia que esos años aparejan. Lejos de una caustica, envuelta en la ciencia ficción, critica sobre los procesos de maduración como lo teorizara Misfits (2009-2013) o la desaforada y cruel Euphoria (2019-), Heartstopper utilizará la comedia romántica candorosa para también narrar las mismas vicisitudes, solo que esta vez las planteará como riesgos sin bajas mortales.

Puede que no todos, pero hay ciertamente una enorme cantidad de personas que soñaron, y hasta quizás vivieron, sus descubrimientos de esta manera. La sutil, algo rosa y sin pretensiones de drama existencialista nivel shakesperiana, verdad sobre su sexualidad. El amor también puede ser una construcción positiva de nuestra personalidad, cuenta. Como la misma sexualidad, como también lo interpreta Sex Education (2019-), solo que aquí la mansedumbre algo puritana que maneja, lo deja solo en lo espiritual, que no es poco.

Love, Simon (2018) de Greg Berlanti planteaba una escena parecida, donde la maduración y la construcción a través de la deconstrucción de nuestros afectos daban comienzo a un nuevo siclo. Uno capaz de tener también buenos recuerdos, memorias luminosas sin atisbos de sombras. Aunque las hay y son muchas. El proceso de aceptación pasa entonces a ser personal, la propia construcción del valor de ser sin oír al resto. Aquí también, en Heartstopper, los héroes de este proceso pasan por las mismas circunstancias.

No hay peor amo y juez que uno mismo, y este solo es derrotado a través no solo de la propia reconstrucción o deconstrucción, los otros son parte, esos que están para sostener. Recuerdo aún el relato de un cercano sobre la superación social gracias al apoyo familiar, y aquí es puesto como un detalle, aunque importante. El apuntar que de ellos siempre se espera lo mejor, habla sobre el comportamiento de los otros, los que atraviesan sus propios cambios, sus anhelos frustrados, sus soledades. Los villanos de esta historia son apenas esbozados en matones poco lucidos de la escuela, pero sí reflejo de la inseguridad que carga por ejemplo Charlie o por qué no Tara Jones.

El relato está plagado de disidencias sexuales, pero no crea un complejo entramado de conflictos, más bien plantea un universo donde comienzan a ser parte, algo positivo que enriquece. Ciertamente uno está harto de las historias gay oscuras y finales trágicos, más como lecciones de una generación que parecía más apreciar el castigo de estos que su visibilidad. Es bueno que haya tiempo para historias de amor gay/lésbicas y un largo etc., sin que esto signifique más que eso, amor. Y Heartstopper lo hace sin ruborizarse.

Estreno en Netflix el 22 de abril.


Título: Heartstopper

Dirección: Euros Lyn.

Guion: Alice Oseman. NovelaAlice Oseman.

Reparto: Sebastian Croft, Kit Connor, Fisayo Akinade, Chetna Pandya, Joe Locke, Alan Turkington, Corinna Brown.

Productora: See-Saw Films.

DistribuidoraNetflix.

Dos adolescentes británicos, Nick Nelson y Charlie Spring estudian en una escuela primaria exclusiva para varones. Charlie, un pensador demasiado nervioso y abiertamente gay, y Nick, un jugador de rugby alegre y de buen corazón, un día se sientan juntos en clase.

Acerca de Marco Guillén 4338 Articles
Aguanto los trapos a Jordi Savall. Leo ciencia ficción hasta durmiendo y sé que la fantasía es un camino de ida del que ya no tengo retorno.

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