En tiempos de reboots y remakes, son muchas las compañías que deciden reflotar clásicos de la televisión para acercarlos a los tiempos modernos. En ese sentido, las series de los años 90’ se vuelven material ideal para imaginar nuevos episodios. ¡Y hoy es el turno de nuestras cinco razones para disfrutar ¨Will & Grace¨!
Por @gzmiglesias
GUIONES
Frente a episodios extremadamente cómicos y llenos de situaciones disparatadas, »Will & Grace» se permite exhibir, al mismo tiempo, un costado más reflexivo o melancólico. ¿Qué fue, por ejemplo, de Bobbie Adler, la particular madre de Grace, interpretada por la leyenda de Hollywood Debbie Reynolds?
La serie de David Kohan y Max Mutchnick se conforma, pues, a partir de sólidos guiones que pueden oscilar entre la comedia y el drama con habilidad, permitiendo abarcar una diversidad de temas y situaciones de la vida cotidiana. Y es, casualmente, en su retrato de los vaivenes del día a día en donde »Will & Grace» encuentra una de sus grandes virtudes.
MEGAN MULLALLY
Sí, es cierto que el elenco principal de »Will & Grace» brilla en su totalidad, pero si alguien debe ser destacada es Megan Mullally como la amiga y socia de Grace, Karen Walker.
Su voz es, tal vez, tan icónica como la de Fran Drescher en »La Niñera», pero el desempeño de Mullally como Karen Walker va más allá de su tono de voz. Karen, en su mezcla de ternura, ambición y xenofobia, se vuelve un personaje delicioso dentro de la historia, y posee algunas de las mejores escenas de la serie.
Como fue mencionado anteriormente, la eficiencia de »Will & Grace» se encuentra en sus grandes guiones, pero si no hubiese sido por una actriz tan sólida y, al mismo tiempo, desfachatada como Megan Mullally, es muy probable que Karen Walker no hubiese tenido el impacto que genera cada vez que entra en escena.
ACTUALIDAD
Que »Will & Grace» sea una serie icónica de los años 90′ no implica que haya perdido actualidad. Por el contrario, las referencias a las políticas de Donald Trump -como la construcción de su famoso muro, o la intolerancia hacia los inmigrantes- son temas que la serie sabe tocar, sin perder por ello comicidad.
De modo similar, los personajes de »Will & Grace» no parecen atados a la nostalgia del pasado, sino que presentan conflictos modernos que redefinen, por ejemplo, antiguos conceptos de amor para acercarlos al nuevo milenio.
FORMATO
Aunque series como »The Big Bang Theory» han demostrado que la sitcom es un formato que todavía tiene mucho para dar, »Will & Grace» rescata la esencia de este tipo de programas para demostrar que las viejas fórmulas pueden seguir funcionando en tiempos de streaming. Se trata, pues, de un tipo de televisión que coquetea con la lógica del vodevil, pero cuyos pequeños y episódicos conflictos cumplen su función de divertir y, en ocasiones, también de emocionar.
Entre puertas que se abren y cierran, el desparpajo de Jack (Sean Hayes), las locuras de Karen (Mullally) y las ocasionales pero muy divertidas apariciones de Beverley Leslie (Leslie Jordan), »Will & Grace» construye una historia de amor y amistad que se merece su espacio en la nueva televisión.
PINTURA DE UNA GENERACIÓN
Una de las grandes ventajas de realizar una continuación radica en la madurez que puede resaltarse en los personajes, o en el abanico de nuevos conflictos que es posible encontrar en ellos. Se trata de un riesgo grande, y no siempre puede llevarse a cabo. ¿Podría hacerse »La Niñera» con tres hijos ya adultos? ¿Qué sería de »Friends» si, en lugar de treintañeros, se tratara de una banda de cincuentones?
La fórmula de »Will & Grace», por suerte, permitía una continuación sin demasiados problemas, y así podemos disfrutar a los personajes de cara a conflictos imposibles de retratar con actores quince años menores. ¿Por qué no puede ser Jack un abuelo? ¿Will le teme, acaso, a la vejez y necesita colorear su barba?
Sin perder su humor característico, »Will & Grace» amplía el universo de sus personajes y eso se agradece, pues así se transforma en una serie completamente nueva.
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