[REVIEW] Quiero bailar con alguien

La historia de Whitney Houston cobra vida en esta biopic protagonizada por Naomi Ackie.

Por @Nicolas_S91

El aluvión de películas biográficas sobre reconocidos músicos continúa. Tan solo en los últimos 5 años hemos podido ser espectadores de largometrajes dedicados a figuras como Elton John, Aretha Franklin, Elvis Presley, Mahalia Jackson y Freddie Mercury, entre otros, pero ahora llega el merecido turno de Whitney Houston, la cantante y actriz considerada como una de las mejores voces de todos los tiempos.

Si bien es cierto que los grados de calidad varían, e incluso en ocasiones pareciera que algunas de ellas parecen ser realizadas en piloto automático, como si de una máquina de ensamblaje cumpliendo ciertos requisitos básicos se tratara, casi siempre las aguas se dividen entre quienes se sienten satisfechos con la posibilidad de experimentar los «grandes hits» de uno de sus músicos predilectos y sin esperar más que un mero entretenimiento, y entre aquellos que necesitan más, que el arte invite a la reflexión y genere algo, que se explore e indague más allá de lo que uno puede encontrar en un perfil de Wikipedia.

Cuando fue enunciada la biopic de Whitney Houston, una de las preocupaciones que surgió fue la de cómo tratarían los altibajos de su vida teniendo como guionista a alguien como Anthony McCarten, quien anteriormente estuvo a cargo de escribir la exitosa pero insípida Bohemian Rhapsody (2018). Porque sí, mal que le pese a muchos fans, dicho film es una mera recreación de videoclips o recitales con escenas intermedias que sirvieran como conectoras, creando la ilusión de preeminencia gracias al afecto tenido por Queen, cuyos miembros sobrevivientes incluso se aseguraron de que historia se «sanitizara» lo más posible.

Ahora bien, no queremos enredarnos en un ataque a otra producción, pero era necesaria la aclaración de que comparten su guionista y era interesante, así como preocupante, ver qué podría aportar en esta ocasión y sin tanto conflicto creativo. Afortunadamente, y si bien no es el foco principal de esta cinta, la fama es retratada con delicadeza pero sin esconder episodios de abuso de drogas, un matrimonio problemático con Bobby Brown (interpretado por Aston Sanders) y una relación tensa con su padre/manager John (Clarke Peters). Incluso se le dedica espacio a la comentada y apenas recientemente confirmada relación de la estrella con Robyn Crawford (Nafessa Williams), su amiga/amante/asistente/directora creativa. Poco de la turbulenta vida de la galardonada artista queda sin narrar en las casi 2 horas y media que dura la película.

Sin duda alguna, el gancho principal de esta representación sobre la vida de Whitney Houston recae en la habilidad de su intérprete, Naomi Ackie, quien cumple con su labor de manera sobresaliente, haciéndonos notar desde su primera escena que ella es la indicada para llevar adelante esta difícil tarea. La actriz, a quien anteriormente vimos en la segunda temporada de The End of the F***ing World y en Star Wars: Episode IX – The Rise of Skywalker, claramente no tiene el rango vocal para cubrir las escenas cantadas (difícilmente alguien lo tenga), por lo cual en un 95% de la película se recurre a grabaciones originales de la artista ganadora de 6 premios Grammy. Sin embargo, toda la tarea actoral, ya sea el típico lip-syncing o las escenas dramáticas, son ejecutadas sin dificultades y uno esperaría que, de no haber sido estrenada recién en estas épocas, tal vez se la podría haber considerado para ser nominada a algún premio.

Lamentablemente, a pesar de todas las virtudes que se puedan expresar sobre su protagonista, quien además está acompañada por un elenco que también incluye al siempre cumplidor Stanley Tucci como el productor musical Clive Davis, las falencias recaen en el ya mencionado tibio guion y la plana dirección a cargo de Kasi Lemmons, los cuales contribuyen a que en ocasiones se sienta más como un restringido largometraje hecho para televisión que a un film hecho para la pantalla grande.

En síntesis, podemos asegurarles que, si suelen disfrutar de las biopics musicales o fueron/son seguidores de la carrera de Whitney Houston, van a poder apreciar esta película tanto como cualquier otra de estructura o temas afines. Sin embargo, consideramos que una artista de semejante talla y trayectoria ciertamente merecía mucho más…

De todas formas, le dejamos al lector la última palabra, no sin antes subrayar que más allá de sus virtudes y falencias, Quiero bailar con alguien formaría un buen tándem con cualquiera de los recientemente lanzados documentales, Whitney: Can I Be Me (2017) o Whitney (2018), para quien quiera adentrarse aún más en la vida de «La Voz».

PUNTAJE: 6.5/10


Título: Quiero bailar con alguien

Título original: I Wanna Dance with Somebody

Año: 2022.

Duración: 146 min.

País: Estados Unidos.

Dirección: Kasi Lemmons.

Guion: Anthony McCarten.

Música: Chanda Dancy.

Fotografía: Barry Ackroyd.

Reparto: Naomi Ackie, Ashton Sanders, Stanley Tucci, Clarke Peters, Nafessa Williams, Tamara Tunie, Lance A. Williams, Bria D. Singleton, Kris Sidberry, Alana Monteiro, Daniel Washington, Heidi Garza, Marilyn Swick, Naheem Garcia, Tanner Beard, Jennifer Ellis, Evonne Archer, Greg Roman, Alexa Renée.

Compañías: TriStar Pictures, Compelling Pictures, Muse of Fire, Primary Wave Entertainment, West Madison Entertainment, Black Label Media.

Distribuidora: Sony Pictures Entertainment (SPE).

Un retrato sin reservas de la compleja y multifacética Whitney Houston. Un repaso a su historia desde que era una niña que cantaba en un coro en Nueva Jersey hasta convertirse una de las artistas de la música pop más exitosas, superventas y premiadas de todos los tiempos.

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Periodista, cinéfilo, fanático de Dragon Ball, Star Wars y La Dimensión Desconocida.

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