Norman Mailer es un escritor norteamericano que participó de la Segunda Guerra Mundial y que, a partir de esa experiencia, logra plasmar su mirada respecto a ella.
Por @MLauParedes
No aparecerán los grandes héroes o los mártires que por una idea superior entregan su vida con orgullo. En Los desnudos y los muertos (1948), se muestra el frío, el hambre, el miedo, el tedio y lo escatológico sin anestecia alguna. Narra lo cotidiano, lo que sucede a los seres humanos en una situación extrema y sin sentido.
Mailer elige un grupo pequeño de soldados de diversos orígenes -un mejicano, dos judíos, uno de origen rural, entre otros- y características distintas cuyas conversaciones siempre culminan en lo mismo: el sexo. Eso los une. No la necesidad conjunta de luchar por la patria. Allí, no hay patria. El autor, entonces, hace hincapié en eso que a las personas les sucede en la cabeza, en lo que piensan mientras están ahí, en lo que desean. Los muestra como seres humanos, no como soldados.
Esta mirada contrasta con los argumentos holliwoodenses y la propaganda bélica. Pone en foco aquello que no se cuenta y que se vende como verdadero. Desde este relato, podrán comparar lo ya conocido con esto que nos ofrece Mailer y entender la construcción tanto de uno como del otro.
La guerra como consecuencia de la defensa de los valores de la democracia y de la libertad es cuestionada a través de esta historia en la que cada soldado retratado representa una parte de la nación norteamericana. Cada uno de ellos, está ahí de casualidad y sufre las decisiones del poder vigente. Mailer crea y describe a sus personajes y nosotros podemos entrar a ese mundo bélico y comprender aquello que sucede desde un lugar más fiel o, por lo menos, más individual y humano. Esos soldados no son un número, son personas que se ven llevadas a enfrentarse y a convivir de forma repentina.
La literatura nos permitirá mirar con claridad otra versión de los hechos, alejada del discurso que nos venden constantemente por medio del cine, las series y la televisión. Mailer tenía 25 años al publicar esta novela, a tres años de la finalización de la Segunda Guerra Mundial. Con tan corta edad logra armar esta narración en la que conjuga dos grandes planos: la de los altos mandos que toman las decisiones y las de los soldados rasos envueltos en una serie de situaciones en el que la muerte es un lugar común.
Generalmente las mujeres no leemos este tipo de libris No por una cuestión de genero Todo lo contrario es lo absurdo que parece todo esto El hombre con su afán de poder no mide las consecuencias Seguramente va a ser interesante leer otra perspectiva
Me alegro Alejandra que puedas reflexionar a partir de esta reseña y espero puedas leerlo para comprender la mirada de este gran escritor.