Después de la polémica repercusión de crítica que generaran «El Ciudadano» y «El Cuarto Mandamiento«, Orson Welles se convirtió – queriéndolo o no – en un temido de los estudios cinematográficos quienes evitaban financiarle los proyectos dado lo caóticos que los mismos pudieran llegar a resultar. En este caso, Columbia Pictures produce una gema del cine negro, género que atravesaba sus años de esplendor.
Por @Maxi_CDC83
A lo largo de su carrera, este destacado realizador acumuló cerca de una decena de films inacabados producto de su desorden creativo. Sin embargo, la repercusión de sus películas aseguraba una garantía de calidad artística, acompañado de polémica y controversia inmediata. Un cóctel difícil de asimilar para las majors del Hollywood clásico.
“La Dama de Shanghai” está adaptado del cuento corto de Sherwood King «The Day I Wake Before I Die» (1938) y trata acerca de un triángulo amoroso que se forma en base a intereses y conveniencias, que deviene en un pacto criminal para cometer un asesinato y que envuelve una póliza millonaria y un juicio de características dantescas. Welles construye el relato sembrando múltiples caminos que conducen hacia una desorientadora intriga.
El film en cuestión se aleja de los parámetros establecidos por las obras mencionadas y se acerca más a «El Extraño» (1946), un film de aire noir que Welles había concebido con suma maestría. “La Dama de Shanghai” coronaría una década que lo tuvo como protagonista indiscutido y representa su última película antes de partir hacia Europa, en búsqueda de renovadas libertades creativas.
El realizador desarrolla una trama que se va decantando en su intrincada red de engaños, traiciones, personalidades ambiguas y relaciones imposibles que culmina en una antológica escena de un tiroteo en un salón de espejos brillantemente filmada por el autor. Welles se reserva para sí mismo el personaje principal, a la vez que transforma completamente a la mujer explosiva y sensual de Rita Hayworth en la contemporánea «Gilda» convirtiéndola en una femme fatale tan atractiva como repulsiva. La dirección de actores de Welles y los planos que se dedica -y le dedica a Hayworth- hacen, las maravillas en una puesta en escena inmejorable que eleva a la enésima potencia el ambiente confuso y surreal que rodea a la trama
Inquietante, misteriosa, morbosa y trágica, “La Dama de Shanghai” es una muestra cabal de maestría de un auténtico pionero, que decidió filmar una historia de suspenso de características policiales con una trama romántica antológica. Un dominio absoluto de los géneros cinematográficos, llevado a cabo sin descuidar una enfundada crítica al sistema y su corrosiva visión acerca de la corrupción, el crimen y el poder.
Titulo anterior de la colección: “Casta de Malditos” (1956), de Stanley Kubrick
Título original: The lady from Shanghai
Dirección: Orson Welles
País: Estados Unidos
Año: 1947
Duración: 87 min.
Género: Criminal, Policial Negro, Intriga
Reparto: Rita Hayworth, Orson Welles, Everett Sloane, Glenn Anders
Distribuidora: Columbia Pictures
Michael O’Hara (Orson Welles), un marinero irlandés, entra a trabajar en un yate a las órdenes de un inválido casado con una mujer fatal (Rita Hayworth) y queda atrapado en una maraña de intrigas y asesinatos.
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