5 razones para ver… «BATES MOTEL»

Bates Motel es una serie de televisión de terror psicológico y dramática estadounidense. Transmitida desde el 18 de Marzo de 2013 hasta el 24 de Abril de 2017. Fue desarrollada por Carlton Cuse, Kerry Ehrin y Anthony Cipriano, y es producida por Universal Television y American Genre para la cadena de cable A&E.

Por @lupebaldoni

La serie es una precuela contemporánea y reimaginación de la película de 1960 de Alfred Hitchcock Psycho (Psicosis). La trama gira en torno a la vida de Norman Bates (Freddie Highmore) y su madre Norma (Vera Farmiga) que antecede a los hechos retratados en la película y en un entorno moderno. 

Hacer una precuela de una de las historias más emblemáticas y famosas de Hitchcock fue sin duda una decisión controversial y que poco sabíamos si lograría funcionar. Sin embargo, a unos años de su desenlace, Bates Motel se posiciona como una serie increíblemente atrapante que logró construir de forma fiel y precisa a los personajes, dando un contexto significativo a sus historias y al porqué de cómo pasaron las cosas en la famosa cinta de 1960. 

Mucho tiene que ver el extraordinario trabajo que hicieron sus protagonistas. Un elenco tan bien elegido que nos hace meternos de lleno en la piel de los personajes acompañándolos por los diferentes estados que van transitando a lo largo de las temporadas. La química de Vera Farmiga y Freddie Highmore en su relación de madre e hijo es simplemente perfecta, y con un simple cambio de mirada nos regalan algo mucho más significativo que cualquier diálogo. 

Quizás un poco menos despiadada y agresiva que el filme de Hitchcock, la serie se mantiene fiel a la esencia y rinde homenajes evidentes a la obra del director: podemos escuchar en los ataques de ira de Norman, los ásperos sonidos de la escena de la ducha y los planos altos de la escalera nos hacen sentir que estamos volviendo a ver el clásico. Si bien mantiene algunos tintes de comedia, sonrisas y aires de esperanza, a medida que transcurren las temporadas, que Norman va perdiendo la cabeza y Norma la fe en poder salvarlo, el entorno se va tornando cada vez más tenue y oscuro, incluso más violento, dejando en evidencia más que nunca la esencia de la película original. 

La historia de cómo Norman va desarrollando su psicosis y luchando contra esta enfermedad tiene mucho que ver con su crianza, sus vivencias, la sobreprotección de su madre y su deseo de protegerla él a ella, su edipo que se ve fomentado en una edad de pleno desarrollo de la personalidad, con una madre celosa y protectora al lado que se enoja cuando él quiere salir con una chica. Incluso a veces vemos cómo entra en un juego de seducción con su propio hijo, y hasta menosprecia a su hijo mayor, Dylan (Max Thieriot).

La pregunta es: ¿la reacción de Norma al molestarse por el coqueteo de Norman con otras chicas es meramente posesiva, o hay un trasfondo superior? ¿Es consciente ella de que su hijo tiene una personalidad excesivamente oscura y es por eso que quiere protegerlo a toda costa y evitar que cometa alguna atrocidad? Y ¿por qué es tan distante su relación con su otro hijo? Son todos los aspectos que quizás nunca nos planteamos ni tuvimos en cuenta al ver la película, pero que esta serie, ganadora de numerosos premios desde su estreno, nos regala y nos deja disfrutar, debatir e incluso reflexionar para darle más contexto a la historia de uno de los asesinos más misteriosos del cine. 

Estas son nuestras 5 razones para no perdérsela:

5. La ambientación de la serie la hace totalmente única

La historia comienza cuando Norman y su madre deciden comenzar una vida dejando el pasado atrás, mudándose a la ciudad de White Pine Bay. Un pueblo lúgubre cuyo pilar es la corrupción, la prostitución y que ha crecido gracias a la comercialización ilegal de marihuana. 

De a poco vamos viendo cómo el pueblo cobra vida propia y se convierte en un protagonista más, entrelazando las historias de los personajes principales y secundarios y culminando en la conclusión de que ninguna de las historias contadas es casual.

El vestuario, los peinados, el icónico hotel y el aspecto oscuro de la ciudad y de sus personajes respeta la mística sesentera de la película original, y la junta con el mundo moderno. Los personajes usan celulares, computadoras y autos de alta gama, sin embargo no podemos dejar de verlos con la sensación de que en White Pine Bay, el tiempo no pasa.  

Es el primer momento en el que nos damos cuenta que ésta serie no pretende ser una precuela lineal o “correcta” de la película de Hitchcock, sino que juega constantemente con la esencia de la época en la que transcurre la historia original, sacándola de contexto y trayéndola al mundo actual. 

4. La historia de Norma Bates

Claramente el desarrollo del personaje de Norma es mucho más humano y menos espeluznante del que estamos acostumbrados a ver en la famosa historia. La escalofriante sombra de una mujer sosteniendo un cuchillo o mirando por la ventana, se corre para dar lugar a una mujer a la que, si bien tenemos mucho que criticar en cuanto a la crianza de sus hijos, se llega a entender y en algún punto se le hace justicia al contar el porqué de su accionar.

Norma es protectora porque sabe de lo que Norman es capaz y conoce su personalidad hasta en los aspectos más oscuros, no obstante elige ponerse en contra del mundo y hasta quedar como una loca a los ojos de los demás para que su hijo pueda tener una vida normal. Lo que la lleva a rozar ella misma la locura y conseguir el odio y rechazo de un hijo adolescente que no es conocedor de su psiquis y su desequilibrio mental, quien solo quiere tener la vida adolescente de cualquiera de su edad. 

Incluso la incorporación de Dylan, su hijo mayor, es sumamente significativa. A medida que avanza la trama descubrimos cuál es el motivo de su desapego hacia él, cómo es el contexto familiar en el que Norma fue criada y por qué no tiene noción de los límites estipulados en cuanto a las relaciones con sus hijos. Norma deja de ser finalmente la villana total de la historia, pasa a ser víctima y victimaria, encerrada en su propio círculo de violencia familiar. 

3. Los personajes secundarios

Uno de los personajes más interesantes de la serie es, sin dudas, Emma Decody (Olivia Cooke) una joven que padece de una enfermedad denominada fibrosis quística, la cual le da una expectativa de vida muy corta y hasta debe utilizar todo el día un tubo de oxígeno. La razón de darle la enfermedad a este personaje fue que uno de los guionistas de la serie sufrió del mismo problema en su juventud y quiso concientizar al público sobre la misma. 

No sólo la historia de Emma, sino la de muchos otros personajes secundarios, se van hilando entre sí para darle acción a todo el universo de Bates Motel, y se logra de una manera perfecta ya que no son para nada casuales: mientras más nos metemos en las historias de cada personaje, más entendemos el porqué de las otras.

2. Freddie Highmore

Si recordamos al inocente Charlie Bucket que cumplió su sueño de visitar La Fábrica de Chocolate, no podríamos creer que es el mismo actor que interpreta a este moderno Norman Bates. 

Las miradas de Highmore causan todo tipo de sensaciones y no hace falta más que una sugerida sonrisa, una mueca en su cara, cambio en su mirada o su contundente voz al llamar a su madre (“mother”) para entender su estado de ánimo, para saber si estamos viendo a Norman, el hijo prodigio, dulce y buena persona que ayuda a su mamá; o si nos encontramos frente a Norman, el asesino despiadado, frío y calculador, que ya se entregó del todo a su locura y que es capaz de cualquier cosa con tal de mantener en pie su inestable mundo.

La bipolaridad del personaje tan bien lograda, da la certeza de que Freddie es una de las razones por las que la serie funciona por todos lados. Verlo actuar es gratificante: nos lleva de tenerle ternura, querer protegerlo e incluso entenderlo, a tener miedo de lo que pueda llegar a hacer, a querer que pague por sus actos, a despreciarlo. 

1. Norman y Norma

Sin dudas la relación más peculiar de madre e hijo que vamos a ver, y que funciona perfectamente, es lo que hace más interesante a esta serie. Ya hablamos de Highmore, pero la interpretación de Vera Farmiga es también impecable. 

En la superficie, Norma es una madre que vivió situaciones muy traumáticas y quiere proteger a su hijo a toda costa. Norman es un joven confundido y perturbado, que no entiende cuál es el problema que todos le ven, que sólo quiere vivir una vida normal y darle a su mamá la felicidad que nunca le vio disfrutar. Pero los ingredientes psicológicos, las situaciones de abuso y violencia familiar, las perturbaciones propias de la mente de Norman, hacen que todas estas cuestiones se acentúen dejando lugar a una historia mucho más retorcida de lo que ya conocemos.

Todo el arco narrativo de ambos personajes, y su evolución en cuanto a complicidad, a los conflictos internos que manejan, su trato tan confuso y entenderse con una mirada a lo largo de la serie, está tan bien logrado que hace que lleguemos a conocerlos, tan a fondo, que al final nos quedemos con la sensación de que ambos hubieran merecido algo mejor.