[VIERNES NEGRO] «Femme Fatale» (2002), de Brian De Palma

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En esta nueva entrega de Viernes Negro analizamos «Femme Fatale», dirigida por Brian De Palma y protagonizada por Rebecca Romijn y Antonio Banderas.

Por @MaxiMDQ83

Brian De Palma es uno de los directores más subestimados de la cinematografía americana contemporánea, dueño de un dote único para recrear sus historias de terror y suspenso, llevando las convenciones del género a un extremo paroxístico. Fascinado por los elementos que pueblan el cine noir y de intriga, De Palma consigue imprimir a sus obras un sello característico forjado por gracias a un talento -a veces afecto al exceso y la autoparodia capaz de concebir las más inesperadas atmósferas y los climas más surrealistas.

Esta vez, el autor eligió su natal Canadá como locación para filmar una película luego de cuatro años de paréntesis tras su incursión al género de ficción con “Misión a Marte” (1998). Este thriller psicológico del polémico realizador es un fascinante y pretencioso compendio del universo depalmiano que condensa, sintetiza y se nutre de sus principales marcas autorales. Con reminiscencias de las oníricas “Vanilla Sky” (2001, Cameron Crowe) y “Mullholand Drive” (2001, David Lynch), sorprende a los más escépticos en un regreso a su mejor forma: obnubila los sentidos, depura la elegancia visual y disimula las oscuras intenciones de sus criaturas de identidad dudosa.

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Una bella mujer se encuentra mirando una película en la habitación de un hotel y no es cualquier película: es “Pacto de Sangre” (1944), un ícono del cine negro dirigido por Billy Wilder. Se llama Laure Ash y en su acto de mirar pone en marcha la actitud voyeurista que toda la obra de De Palma porta como insignia. Esta rubia es tan seductora como peligrosa: una auténtica femme fatale, ingrediente sin el cual el género noir no existiría de la misma forma en que lo conocemos.

Planeando un golpe perfecto (un robo de diamantes) en pleno Festival de Cannes, esta blonda debilidad se convierte en el eje del relato, subvirtiendo las formas clásicas el género. A propósito de su concepción del género negro y su vigencia en la actualidad, De Palma declaraba que a Femme Fatale: <<lo he enfocado desde otra perspectiva. Creo que el noir tradicional ya no funciona en la narrativa contemporánea, porque ya no vivimos en ese mundo. Lo más interesante del noir es la luz estilizada y el fatalismo de los años cuarenta, pero eso no se puede hacer ahora y pretender que esté dotado de realismo. Así que la idea principal era llevar ese mundo a una secuencia onírica. Eso es lo que representa el auténtico cine negro para mí, es como un sueño recurrente, con personajes arquetípicos. Llevar esto al cine, sin caer en el manierismo, solo es posible si se lleva al terreno de los sueños o al homenaje descarado>>.

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El realizador de “Vestida para Matar” (1980) nos presenta la historia de la típica femme-fatale presa de sus pesadillas, incapaz de controlar su vida, sus instintos y su entorno. Por otro lado, a un fotógrafo (ese oficio tan encantador para dar vida a historias cinematográficas) que cae preso de su encanto y comete el error de confundir su trabajo con su pasión hacia esta mujer. El autor concibe un cóctel explosivo que presenta un robo y una traición, un cambio de identidad para fugarse, un pasado familiar horroroso y un paparazzi que descubre la verdad. Son los mixtos elementos que ofrece este singular thriller. Atrapante y enredado, el relato esconde variados niveles de incógnita que subyacen dentro de sí, deslizándose continuamente al filo de las circunstancias que relata, corriendo el riesgo de caer en la contradicción y el desconcierto.

Pese a cierta confusión que puede cuestionársele propio de su carácter excesivo, De Palma maneja con oficio los hilos del suspenso: el relato es trepidante y la historia resulta, pese a sus intermitencias, una inevitable espiral de suspenso. El autor utiliza todos los elementos a su alrededor para enriquecer la historia, aún a sabiendas de sus regodeos estéticos y un recurrente uso del flashback. De Palma se vale de sus más conocidos recursos barrocos para crear momentos y climas que sacan partido del uso de los espacios, la laboriosa puesta en escena y la sugerente fotografía utilizada.

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No caben dudas que posee una gran habilidad para proyectar un agudo retrato de sus extraños personajes, embebiendo la trama de una atmósfera onírica, relativizando -inclusive- la credibilidad y veracidad de la misma. El punto neurálgico, motor de su relato resulta su inquietante femme fatale que titula al film. Con desenvoltura, belleza y erotismo, Rebecca Romijn-Stamos personifica el perfecto retrato, así como toda la insinuación, la magia y el peligro que la rodea o del que ella es parte. Es una auténtica devoradora de hombres (Antonio Banderas será su ocasional víctima), que recuerda a las más icónicas malvadas del género.

Sin estar a la altura de sus mejores obras, De Palma es lo suficientemente ingenioso e inteligente como para atraparnos en su juego de perversa seducción. Un exuberante plato principal de suspenso embebido en neo-noir, con líneas argumentales incontenibles, que rozan lo descabellado y el sinsentido. Repleto de lascivos pasajes que llenan de ingrediente sexual el misterio y el peligro que sostiene las estructuras surrealistas del relato, “Femme Fatale” es la alucinatoria marca de estilo de un indiscutible maestro.


Título: Mujer fatalFemme Fatale - Poster

Título original: Femme fatale

Año: 2002.

Duración: 112 minutos.

Dirección: Brian De Palma.

Guion: Brian De Palma.

Música: Ryuichi Sakamoto.

Fotografía: Thierry Arbogast.

Reparto: Rebecca Romijn, Antonio Banderas, Peter Coyote, Gregg Henry, Eriq Ebouaney, Rie Rasmussen, Fiona Curzon, Edouard Montoute, Régis Wargnier, Jo Prestia, David Belle, Matthew Géczy, Jean-Marc Minéo y Thierry Frémont.

Producción: Co-producción Francia-Estados Unidos-Suiza; Quinta Communications / Epsilon Motion Pictures / Warner Bros. Entertainment Inc.

Género: Thriller.

En la inauguración del festival de cine de Cannes, una famosa y extravagante supermodelo luce un valioso body de diamantes. Laura Ash utiliza toda su astucia para seducir a la modelo y robarle la joya, pero traiciona a su banda, al huir con el botín. Durante su fuga, encuentra a una mujer idéntica a ella, la cual, tras la muerte de su marido y de su hija, se suicida. Laura decide adoptar su identidad para salir de Francia y empezar una nueva vida.

Acerca de Maximiliano Curcio 57 Articles
Maximiliano Curcio nació en la ciudad de La Plata, en 1983. Es escritor, docente y comunicador, egresado de la Escuela Superior de Cinematografía de Buenos Aires. Realizó críticas cinematográficas, análisis teóricos y ensayos para distintos medios gráficos y digitales desde 2004 hasta la fecha. También llevó a cabo coberturas de festivales de cine, muestras de arte y recitales de rock de las principales figuras de nuestra escena. Autodidacta y de espíritu artístico inquieto, ha reseñado obras de teatro, libros y discos. En el año 2016 creó el "Espacio Cultural Siete Artes", un portal de enseñanza a distancia, tarea que complementa con el dictado de ciclos de cine y talleres grupales en diversos centros culturales. De forma paralela, ha emprendido numerosas tareas de investigación y gestión cultural. Desde 2018 es director de la "Revista Cultural Siete Artes", donde ha entrevistado a importantes personalidades de la cultura y el arte nacional. Es columnista semanal del programa de radio "La Cultura del Payaso" y productor y conductor del podcast radial del "Canal Siete Artes". En el año 2019 publica su primera antología de libros titulada "THE END", una serie de publicaciones fruto de 15 años de trabajo escribiendo acerca de la historia del cine y sus protagonistas.

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