DC se cansó de esperar y luego de muchos idas y vueltas, pandemia mediante, lanzó la secuela de «Wonder Woman» (2017), «Wonder Woman 1984» (en adelante WW84) por la flamante plataforma HBO Max.

Por @joacods

Con Patty Jenkins a cargo de la dirección, Gal Gadot vuelve a ponerse el traje de la Mujer Maravilla, en compañía de Chris Pine, Robin Wright y Connie Nielsen y con la novedad de Pedro Pascal y Kristen Wiig; en una película que termina pecando de simplona y obtusa.

WW84 sigue la historia de Diana Prince (Gal Gadot) aka la Mujer Maravilla, esta vez en los años ochenta. Sí, casi 70 años después de los eventos de Wonder Woman, Diana es la antropóloga titular del harto famoso Instituto Smithsoniano y parece llevar una vida tranquila, en general; tranquilidad que sin embargo es irrumpida de vez en cuando por algún criminal de poca monta para los que la heroína dedica algo de tiempo, intentando mantener el anonimato en el proceso.

La trama se pone en movimiento cuando Bárbara Ann Minerva (Kristen Wiig), una nueva compañera de trabajo, un tanto insegura de sí misma y con indisimulables ansias por socializar, se integra al Smithsoniano y comienza una relación de camaradería con Diana. Rápidamente Bárbara comienza a idolatrar a Diana y luego de un hallazgo de supuestas falsas reliquias, entre las que se encuentra una misteriosa piedra, el empresario Maxwell Lord (Pedro Pascal) entra en escena, sospechosamente interesado en una presunta piedra mágica.

Antes que nada es necesario dejar en claro que resulta extraño considerar a WW84 una secuela directa de Wonder Woman. Y esto se da en, como mínimo, dos niveles.

Por un lado, porque los hechos están separados por literalmente 66 años y de lo sucedido en la vida de Diana durante ese período no tenemos ni la menor idea (y eso termina pesando y mucho) y; por otro lado, porque la merma en la calidad cinematográfica de absolutamente TODO es más que significativa. No es menor estar hablando de Wonder Woman, la indiscutida mejor película del universo compartido (o extendido, como sea) de DC – conocido por los fans como «DCEU» – y de WW84, un largometraje que rankea en lo más bajo de la lista de este proyecto.

Y todo se pone aún peor cuando uno revee el equipo detrás de ambas películas con muchos nombres repetidos y con algunos agregados más que destacables (como Hans Zimmer a cargo de las partituras). Llama la atención encontrar la firma de Jenkins detrás del guión junto con la de Geoff Johns (que repite esta tarea) y David Callahan y es preferible confiar en que tuvo  que ver más la presión de Warner y su influencia en la trama de esta secuela que la pluma de Jenkins, quien tuvo una gran labor directoral en la historia de 2017.

Teniendo en cuenta todo lo dicho es difícil empezar a diseccionar un film que, si bien comienza de manera decente, continúa con el pie izquierdo cuando monta una mini escena de la infancia de Diana solamente para poder justificar un elemento (literal) puntual de la historia y que, en el balance final, termina significando poco y nada. Todo lo que podría haberse hecho para unir las instancias fílmicas de la franquicia queda reducido a unas pequeñas miradas de Gal Gadot al firmamento y eso es todo. Desde allí todo es una gran caída en picada que dura ¡dos horas y media!

No tiene sentido spoilear cómo es que Steve Trevor (Chris Pine) vuelve a los escenarios del DCEU y si hay que reconocerle algo a WW84 es que sabe retomar la gran química que existe entre Gadot y Pine… Pero ¿para qué? y – más importante aún – ¿a qué costo? Cuando la repetición se da simplemente por apelar a una fórmula efectiva, todo se desmorona en un santiamén y esta no es una excepción.

Por otro lado, lo que sucede con Kristen Wiig y Pedro Pascal en el film es complicado de digerir considerando que hablamos de dos actores consagrados y con amplia experiencia en sus vitrinas, con papeles que a priori, eran más que interesantes. Las cosas de la vida llevaron a que Pascal, actualmente alabado por su protagónico en «The Mandalorian», termine estrellándose en WW84 por la errada y hasta casi ridícula caracterización de su personaje Maxwell Lord, una especie de empresario fracasado, bastante imbécil y por sobre todo, mal padre.

Wiig, personificando a una de las villanas favoritas y más famosas del universo de DC Comics, cuenta con apenas unos minutos de pantalla en su esplendor salvaje en lo que, de nuevo, termina siendo un error que la película paga carísimo. A la pobre Gal Gadot no se le puede pedir más, después de todo lo que ha aportado al intento de DC de armar su propio universo cinematográfico pero, a decir verdad, la secuela no le hace ninguna justicia.

Qué decir de la historia y la trama cuando el 90% del tiempo parece no existir y cuando su final no hace más que terminar que hundir lo poco que había logrado plantear en algún que otro momento de lucidez en el guion, en un libreto que hace agua por todos lados y que no logra ser rescatado ni por los actores, menos por la directora. Parece que DC se ha olvidado de lo que le funcionó mejor porque vuelve a patinar una vez más, no haciendo caso a la advertencia que significó «Birds of Prey» y priorizando, una vez más, apelar a un humor y un tono a los que no les logran encontrar la vuelta.

Así, le pese a quien le pese, los resultados son duros y crudos y están a la vista de cualquier espectador con un poco de cine encima, ni siquiera de cine culto: cuando lo único rescatable es el simple hecho de la existencia (ni siquiera de las secuencias de acción en las que está presente o de la relevancia que tiene en ellas) de una armadura nueva de la superheroína titular, armadura que ha sido intensa e incansablemente promocionada por todos los medios habidos y por haber de DC, es claro e innegable que las cosas no funcionaron como debían.

PUNTAJE: 3/10

Título: Wonder Woman 1984

Dirección: Patty Jenkins

Guion: Patty Jenkins, Geoff Johns, David Callaham

Reparto: Gal Gadot, Chris Pine, Robin Wright, Connie Nielsen, Pedro Pascal, Kristen Wiig

Productora: DC Films, Atlas Entertainment, The Stone Quarry