[REVIEW] Troy – Fall of a City: La musa que desafina el verso

«Canta, oh musa, la cólera del Pelida Aquiles; cólera funesta que causó infinitos males a los aqueos y precipitó al Hades muchas almas valerosas de héroes…»

La Ilíada – Homero

Por @mauvais1

Lo que los modernos espectadores de esta historia consumen con asiduidad en las adaptaciones fílmicas, tanto en cine como televisión, es un manido resumen de dos vastos y floridos libros. La Ilíada, que da cuenta del conflicto entre griegos y troyanos y la Odisea que cierra el drama con el ya, también, celebérrimo caballo de madera. Ambos poemas escritos en la segunda mitad del siglo VIII a. C. por el bardo ciego, Homero. Además de otros detalles tomados de la Eneida de Virgilio, de algunos siglos después.

Muchas formas, puntos de vista y argumentos sobre la codicia, el honor y la traición se han escrito en las adaptaciones, pero todas comienzan por el inefable secuestro de Helena por Paris. Es el amor de ambos lo que desata la carnicería más violenta de la antigüedad. En ellos dos se reunían todas las pasiones y razones que esgrimieron las decenas de personajes que pueblan la historia. Y en las que también se dibujarán las acciones de los dioses del panteón que adoraban, ellos como un espejo de los hombres, ellos como conductores y espectadores de un gigantesco drama teatral, ellos como la ironía y mordacidad, y el honor, por sobre todo, es una historia de honor encontrado, perdido y olvidado.

Troy: Fall of a City – La serie

Intentando resumir un poco el evento, podríamos decir que Paris, hijo del rey Príamo de Troya, de visita diplomática en Esparta, se enamora de la esposa del rey Menelao, Helena. Mujer que huirá con él. Ante la afrenta Menelao recurre a su hermano mayor y rey supremo de la Grecia antigua y entre ambos llevarán a sus súbditos reyes y guerreros tras los pasos de los amantes… Por ende hasta las puertas de la misma Troya.

David Farr, Nancy Harris, Mika Watkins y Joe Barton han guionado estas historias para una producción conjunta de BBC y Netflix, un intento de trasladar a la actualidad una historia que, más allá de la belleza de su poesía, ha quedado lejos del pensamiento moderno. Difícil misión que no termina de cuajar en los episodios que hemos podido ver. La razón no es solo el intento de aggiornar los dramas, como por ejemplo la situación de la mujer de entonces o el tema del amor de los protagonistas, es que no abandonan la acartonada declamación que estas obras irremediablemente traen consigo y de la que no todos pueden escapar cuando se lo recita o lee. Para eso fueron compuesto dirán, y es verdad, pero la pericia del guionista es ser capaz de enmendar tales vicios.

Todo ello sumado a un Paris, que aunque recupera al personaje original, un muchachito mujeriego y bastante hueco, no convence. Louis Hunter podrá ser un rostro que represente al amante por antonomasia, pero no sus habilidades actorales y si a esto le sumamos una lavada y anodina Helena que lleva adelante, una para nosotros irreconocible, Bella Dayne, ya podríamos considerar perdido el partido. Ambos navegan el drama tan impolutos en sus gestos que asustan. Las angustias y resquemores están tan vaciados que se antojan caprichosos e infantiles. Siendo hechos que desataron tales consecuencias. Algo además que los guionistas no logran expresar con contundencia en el resto de los personajes. Todo aquí parece sobrevolar los temas que encara, como si profundizarlos fuera a empantanar el discurrir del relato, pero que termina por mostrarlos sin la consistencia que ellos representan. Aclaremos, aggiornar la obra no significa abandonar el corazón de la misma.

Antaño se creía que el héroe era por sobre todo valiente y rápido en el reclamo cuando había una ofensa. Era eso, contundente y de pocas luces, que podía ser engañado por un astuto y verborrágico antagonista. La nobleza era vista como simpleza y la inteligencia como atributo de un ser capaz de de dudar y traicionar. Por eso es respetado y a la vez criticado el cerebral y mañoso Odiseo, él más que nadie representa el antagonista de personajes como Aquiles, que es puro músculo y espada. Eso es parte, creemos, del corazón de una épica antigua como estos escritos. Una que bien puede ser trasladada a nuestros días sin perder el encanto, pero la serie cree que todos deben ser simples, de un solo objetivo a conquistar. Todo se limita a un accionar sin meditar; la reparación del orgullo herido de un macho, la mujer que escapa a una vida sin sentido, y un rey que en su majestad cree no puede ser presionado así nomas. Y que a su vez gobierna una ciudad de reglas modernas. Aquí la mujer decide, cuestiona y es escuchada. Modernizar las criaturas de estas sagas es complicado porque mucho de su interés radica en como son visto en la perspectiva de la época, pero ahí están también la miseria, el orgullo, la pasión desatada, la ferocidad y el lamento, una verdadera pena que estas criaturas interpretadas por la producción de BBC y Netflix no logren eso.

En definitiva, es un producto que carece de espíritu épico, al que creen emular con sonoros diálogos, quizás tratando de equilibrar la poca producción con que cuenta para mostrarlo en imágenes. Que añade los dioses, siempre presentes en el original, pero que no aportan a la historia más que como contexto anecdótico, perdiéndose el sentido metafórico que poseen como émulo de las pasiones humanas. Poco más podremos decir de esta enésima versión de la tan mentada guerra de Troya.

Título: Troy: Fall of a City

Dirección: Mark Brozel, Owen Harris, John Strickland

Guion: David Farr, Nancy Harris, Mika Watkins y Joe Barton

Reparto: Bella Dayne, Louis Hunter, Jonas Armstrong, Christiaan Schoombie, Lex King, Chloe Pirrie, Amy Louise Wilson.

En busca de la mujer prometida por Afrodita, el pastor Paris descubre su verdadera identidad y se enamora de Helena, cuyo rapto desencadena la Guerra de Troya.