[REVIEW] Pánico en las Alturas: Paren la peli que me quiero bajar

[REVIEW] Pánico en las Alturas

Un grupo de jóvenes decide pasar año nuevo en la cima de una montaña y terminan varados a mitad de camino en el teleférico. La mala suerte se junta con malas decisiones para dar como resultado una ¿mala película?

Por @RockaOnTheGo

Hay expectativas y expectativas. Nadie necesita leer la obviedad de que no todo tiene que ser Shakespeare, pero sí hay algunos puntos que pueden venir bien repasar: una película mala tiene la capacidad de ser completamente disfrutable de todos modos y toda premisa interesante suele llevar un arma de doble filo entre su potencial y las ganas que le pusieron realmente al realizarla.

Es en ese limbo dónde se va a mover Pánico en las Alturas, u Otryv para los amigos, una película que solo le va a interesar ver (con suerte) a la mitad de las personas que vean de que sea trata y que (con todavía más) va a dejar levemente satisfechos a un cuarto de los que se atrevan. Más específicamente al 25% que muy de vez en cuando levanta la vista de su celular.

El primer giro que prepara la película ocurre a los pocos minutos, cuando justo antes de que se suban al teleférico uno del grupo decide a último momento no hacerlo. Es un inocente error esperar que esto augure intenciones de ser interesante, pero sí define rápidamente que esta película no va a estar TAN en piloto automático.

Las primeras horas atrapados a cientos de metros de altura van a encontrar a la muchachada bastante tranquila, disfrutando del alcohol y la mesa dulce que habían llevado para festejar la medianoche de año nuevo en la cima de la montaña. Pero a partir de la mañana siguiente todos van a perder inmediatamente el control cuando empiecen a caer en la cuenta de que, debido a un grupo de increíblemente específicas coincidencias, probablemente no vayan a rescatarlos tan rápido como querrían.

[REVIEW] Pánico en las Alturas

No sería un error decir que esta película va de 0 a 100 en un par de momentos, pero también haríamos mal en obviar que lo equilibra pegando bastantes frenadas. El comentario sobre aquellos que miran una película en los breves segundos en que logran despegar sus ojos del celular no era una crítica a esta mayoría de la población mundial menor de 40 sino una referencia a la audiencia a la que conscientemente apuntan films como este.

Si en los 80s y 90s los personajes cliché que fueron acumulandose en décadas pasadas eran utilizados en películas como herramientas para facilitar construcciones narrativas que necesitaban de esas sólidas bases ya popularizadas, y en los 00s ya definitivamente se volvieron parodias de su función original, a partir de los 10s son la elección que ni se cuestiona a la hora de crear contenido para las audiencias modernas con limitada capacidad de atención.

Toda película, serie, producción para streaming o redes sociales debe ser inmediatamente consumible en cuestión de segundos porque usualmente estos lapsos son todo lo que la audiencia les va a dar, la exploración y desarrollo de personajes es un lujo que la mayoría de las producciones siente que no se puede dar. No es tan exagerado decir que eso se lo suelen dejar solo a series de HBO o películas con expectativas de Oscars.

Pánico en las Alturas le tiene pavor a no revelarle cada cinco minutos algo a la audiencia que sea nuevo pero al mismo tiempo lo suficientemente familiar como para que no haya chances de procesarlo y potencialmente rechazarlo. Una experiencia que puede señalarse como similar es la de ver Suicide Squad, una película cuasi terminada que en un brote psicótico con delirio ejecutivo fue dejada en manos de los que editaron el trailer que éxitosamente había generado buena atención para el producto final. El resultado es adyacente a confuso, como ver una compilación de escenas poco conectadas entre sí y más preocupadas por tener peso individual que conexión entre ellas.

Hay momentos en ambas películas que pueden ser un videoclip, un trailer, o parte de una película completamente diferente. Se destaca en esta por ejemplo una secuencia en la que aquel personaje que dejó a sus amigos en el teleférico se siente rechazado porque no escucha de ellos hace unos días, y viaja en taxi escuchando canciones melancólicas mientras vemos a la par la pantalla de su celular mostrándonos el reproductor con la canción de turno como si estuviéramos en una videollamada con su playlist. O cuando después de un momento «épico» el slow motion es acompañado por un cambio de formato sólo para ese plano previo a unos segundos de pantalla en negro, como si fuese el final de un teaser o de la cinemática de un videojuego muy 2009.

[REVIEW] Pánico en las Alturas

Lo errático de esta cinta no se limita a la parte narrativa o la estética de la producción audiovisual, sino también (ya que estamos) a lo emocional. Una forma simple, e hiper complicada a la vez, de darle un motor funcional a una película es centrarse en sus personajes. Cuando uno comprende y se relaciona con lo que van sintiendo personajes en escena es mucho más sencillo no solo que esté más metido en lo que suceda sino que le dé el beneficio de la duda a tantas cosas dejándose llevar por la marea de ese ritmo narrativo-emocional.

Aunque a favor de esta peli, es increíblemente complicado hacer esto cuando literalmente no tenés personajes en tu película. La falta de personalidad o características que tienen los personajes hace que al mismo tiempo sean capaces de cualquier cosa y a la vez no se sientan apropiados para ningún tipo de accion o reaccion. En ningún momento vas a poder dejar de cuestionar y mirar de reojo todo lo que ocurre en pantalla, mientras que si uno realmente se esfuerza para mirar la misma durante varios minutos seguidos va a encontrar chocante cómo pasa de una inexplicable elección a la siguiente. Es uno de esos casos en los que cualquier beneficio a la duda que uno esté dispuesto a darle a la película, va a sostenerse más en el trabajo mental que haga uno, que en lo planteado por la misma.

No es un desastre absoluto, ya que parece haber sido dirigida con una visión clara de las secuencias que querían y fueron engrapadas por un trabajo de montaje al borde del colapso nervioso pero por lo menos comprometido con algo similar al entretenimiento.

En sus mejores momentos es aceptable y sugiere una cierta intensidad, pero en el resto de la hora y veinte que completan los 85 minutos de película apenas si puede llegar a encontrar salvación en un diálogo incrédulo entre las víctimas de su audiencia.

Si esta premisa les recordó a la película Frozen de 2010, sobre tres adolescentes atrapados en una telesilla de ski, darle a esa una nueva oportunidad es verdaderamente la alternativa ganadora ante la agridulce experiencia de Pánico en las Alturas. Y para los que no sabian que existia, es muy fácil recomendarla, especialmente con los contrastes que surgen entre ambas: aquella se siente más vieja de lo que su año sugiere, por lograr un feel mucho más clásico y carecer de las bondades tecnológicas de estos últimos años. Pero la diferencia más grande es que aquella es un buen pasatiempo y no aspira solamente a que la tengas de fondo mientras haces otras cosas, es lo que en algún momento se conocía como «una película».

PUNTAJE: 3/10

  • Disponible en Amazon Prime Video, estreno en cines argentinos el 15 de abril de 2021.

[REVIEW] Pánico en las Alturas

Título: Pánico en las alturas (Otryv – 2019)

Dirección: Tigran Sahakyan

Guion: Denis Kosyakov, Alexandr Nazarov, Olga Rud, Tigran Sahakyan

Reparto: Irina Antonenko, Anastasiya Grachyova, Vladimir Gusev, Denis Kosyakov, Andrey Nazimov, Aleksandr Nikitchenko, Ingrid Olerinskaya, Angelina Pikovskaya, Viktoriya Pyatakina, Kseniya Shumeyko, Sergey Todorov, Marina Vasilenko, Elena Vetrova

Cinco jóvenes, deciden celebrar la víspera de Año Nuevo en la cima de una montaña, pero en su intento quedan atrapados en un teleférico. Lo que comenzó como una fiesta de aventura, pronto se convertirá en su peor pesadilla. El frío, la altura y el miedo a una muerte lenta hacen que revelen su verdadera esencia.

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