[REVIEW] Cowboy Bebop

Llega a Netflix la adaptación live-action del clásico anime creado por Sunrise y Shin’ichirō Watanabe. ¿Con qué van a encontrarse? Aquí se los adelantamos, sin spoiler alguno.

Por @mauvais1

Es innegable que surgirán las comparaciones, pues es una adaptación después de todo de uno de los anime más amados por los espectadores en general, tanto del género como el casual. Cowboy Bebop trascendió fronteras, ya se sabe y no es poco tan escueta afirmación. Y ahora André Nemec (Mission: Impossible – Ghost Protocol) y Christopher Yost (Thor: Ragnarok, The Mandalorian) intentan una reconstrucción del universo creado por ese colectivo de Sunrise y dirigido por Shin’ichirō Watanabe.

Digo reconstrucción porque el espectador promedio de la serie animada encontrará que no todo es igual, que nada es lo mismo, aunque las historias ya conocidas estén ahí, y los personajes más allá de los protagonistas siguen apareciendo. Entonces, y ya iniciando la review con esta declaración, ¿Qué nos queda por saber? Pues bastante más de lo que en primeros visionados pude captar.

Aquí hablaremos de la serie live-action en particular, de lo visto en los diez episodios que componen la primera temporada. Porque de eso se trata. Las adaptaciones, y más si son de una animación a la imagen real con actores, es por comenzar un quebrantadero de ideas, acciones y decisiones creativas de varios niveles, importante sin más. Lo que Shin’ichirō Watanabe resolvía en unos pocos frames estacionales, para economía de la animación, en donde las voces susurraban diálogos, aquí la cámara debe, como también quiere, rodar con más profundidad lo que el personaje cuenta. Parece sencillo, pero no lo es, porque tampoco pierde el desarrollo de la atmósfera con que se quiso impregnar la escena.

De ser sincero, las decisiones más importantes, tienen que ver no solo con el tono sino también con el ritmo y el nivel de comicidad. Para comenzar, los diferentes episodios parecen surgir de la imaginería de Robert Rodriguez. Planet Terror (2007) y Alita: Battle Angel (2019) fueron los títulos que inmediatamente se vinieron a la cabeza. ¿Por qué no también Sin City (2005)? Tal vez por muy obvio, porque no todo el tiempo, y porque existen mejores ejemplos para retratar un noir policial como sucede en «Tango Oscuro» (Episodio 5), quizás de los mejores que tiene esta reinterpretación.

Esas razones que pueden ser positivas, y que lo son hasta cierto punto, han sido tenidas más en cuenta que otras, podríamos decir de carácter reflexivo. Tono y atmósfera son diametralmente opuestos al original animado, son reconstruidos para la tridimensionalidad de este live-action y por eso ya es otra cosa totalmente distinta al espíritu noir americano, al pop, y lo acerca más a un western sepia de los italianos setentas, al cine de Brian De Palma con Scarface (1983) y Carlito’s Way (1993). Cambios sustanciales, también físicos, en estructuras como la Bebop, que ya no posee el pasillo circular siempre en movimiento. Detalles y más detalles, donde la acción supera el acto reflexivo de la misma.

Y hablando de reflexión, daremos la nuestra: es importante para los directores, Alex García López (Misfits, Utopia) y Michael Katleman (Zoo), así como para el guionista Christopher Yost, mantenerse fiel a la imaginería del original, visualmente. Pero no tanto al apartado emocional, y que no se mal interprete. Está, pero no tan en profundidad. Todos entendemos que el trio protagonista es una arista de un tema a desarrollar, que evolucionará con el personaje. El pasado de Spike Spiegel que lo tiene detenido en un instante eterno de espera, la búsqueda de la identidad de Faye Valentine, el pragmático y tozudo Jet Black, que es un sobreviviente. Todo es tenido en cuenta aquí, es puesto a rodar y considerado en el devenir de la trama.

Pero seamos justos, esta adaptación llega 21 años después de visto el último episodio del original animado, y en esas dos décadas ha sido una y otra vez revisionado, analizado y criticado. Todos tal vez no, pero sí muchos conocen en detalle la historia, las subtramas, su exquisita banda de sonido, las intensiones dramáticas como referencias visuales y etc., por lo tanto será difícil tanto referenciar, como encontrar creativamente la manera de (re)relatar hechos ya conocidos. En esas lides los cambios son interesantes, los añadidos y expansiones bienvenidos y no restan al lore como tampoco al universo.

La puesta, quizás por razones de presupuesto en una serie que recién comienza y no tiene toda la confianza, puede ser menos espectacular. Es decir, no tiene la imaginativa ciudad cyberpunk de la serie Altered Carbon (2018 – 2020) o la película Mute (2018), que beben en muchos sentidos de las mismas fuentes. No hay un universo Blade Runner (1982), lo cual resignifica también, junto con todo lo mencionado anteriormente, este neo-noir y futurista drama. Aquí la desgastada tecnología, la mugrienta y retrofuturista urbe, es más cercana al estereotipado barrio centroamericano, la ciudad industrial estadounidense de mediados de los ochentas, que recuerdan bastante al Detroit de RoboCop (1987). De hecho, esta es es su mayor debilidad, la falta total del ciberpunk que pergeñaron Shin’ichirō Watanabe, Jun’ichi Higashi, el director de arte y Isamu Imakake, el set designer.

Para ir resumiendo, Cowboy Bebop (2021), es un homenaje a un clásico de las series animadas del género, una elaborada set piece donde la acción y el humor superan con creces el existencialismo, pesimismo y el siempre presente fatalismo con que se concibió el original. Entienden que entretienen, que la reflexión será puntual en un episodio redondo que no deja idea sin ser explotada hasta la saciedad. Las dobles lecturas, el simbolismo y la metáfora son casi unos comparsas de esta historia, una nota, que no desentona, pero tampoco se luce. La decisión es arriesgada, bizarra por lo valiente y que justamente ni siquiera comienza a reelaborar a sustraer la visión que se tenía del futuro a finales de los noventas.

Es decir, uno esperaba que la adaptación fuera también una reelaboración de los temas, cavilaciones que proponía a los años que corren, a dos décadas del siglo XXI con pandemias mortales, invasiones frustradas, feminismo, apropiación cultural y otros tantos peros. Reajustar la historia de Spike, Faye y Jet a los tiempos que corren aún siendo una serie de género de ciencia ficción, un neo-noir y drama existencialista de fatalistas especulaciones.

No es mala, es divertida, admitiremos que reímos en muchos más momentos de los que esperamos, que la química del trio formado por John Cho, Mustafa Shakir y Daniella Pineda es perfecta en los tiempos de diálogos y punch lines, en sus caracterizaciones emocionales de los personajes. Que la dirección de arte no destaca pero tampoco desentona, y la dirección de los episodios en general es por momentos interesante. Sí surgirá la pregunta inevitable, esa de que si era necesaria esta versión 2021 en acción en vivo de una serie animé que es casi perfecta. Pero eso lo dejamos a los espectadores.


Título: Cowboy Bebop

DirecciónAlex Garcia Lopez, Michael Katleman.

Guion: Jeff Pinkner, Hajime Yatate, Keiko Nobumoto, Liz Sagal, Christopher Yost.

PersonajesShin’ichirō Watanabe.

Música: Yoko Kanno.

Fotografía: Thomas Burstyn, Dave Perkal.

Reparto: John Cho, Mustafa Shakir, Daniella Pineda, Alex Hassell, Elena Satine, Geoff Stults, Tamara Tunie, Mason Alexander Park, Rachel House, Ann Truong, Lucy Currey, Blessing Mokgohloa, Cali Nelle, Arlo Green.

DistribuidoraNetflix.

Basada en el fenómeno mundial de Sunrise Inc., Cowboy Bebop es una serie que mezcla varios géneros, a la manera de la música jazz. Narra la historia de un anárquico grupo de cazarrecompensas que huyen de sus pasados mientras persiguen por todo el sistema solar a los criminales más peligrosos. Incluso podrían salvar el mundo… a un buen precio.

Acerca de Marco Guillén 4338 Articles
Aguanto los trapos a Jordi Savall. Leo ciencia ficción hasta durmiendo y sé que la fantasía es un camino de ida del que ya no tengo retorno.

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