Retrospectiva Bastarda: «The Matrix» (1999), de las Hermanas Wachowski

«Tomas la píldora azul… la historia termina, te despiertas en tu cama y crees lo que quieras creer. Tomas la píldora roja… te quedas en el País de las Maravillas, y te enseño lo profunda que es la madriguera del conejo».

En esta nueva entrega de Retrospectiva Bastarda, encontrarán, además de un análisis global de “The Matrix” (1999), algunas influencias que han hecho del universo creado por las hermanas Wachowski una de las historias más controversiales de fines de milenio.

Por @belmalone

Mientras el siglo XX iba llegando a su fin, el destino de la humanidad se veía incierto. Se reinterpretaban calendarios ancestrales, se recurría a las ciencias ocultas para darle sentido a un fenómeno que parecía ser trascendente: el cambio de milenio. Aunque usted no lo crea, el hecho de llegar al año 2000 alteró a más de un terrestre, y con el miedo a lo desconocido como motor, se elaboraron un sinnúmero de teorías. Es en ese contexto donde se concibe The Matrix (1999) de la mano de la dupla Wachowski.

El cambio de centuria, además de ser algo relacionado a lo temporal, involucraba lo ideológico. Al deshacerse la ilusión de todo lo perdurable, de las estructuras creadas en la modernidad, también pasó algo con la psiquis humana: mutó. Anheló. Hipotetizó. Es por eso que la inmediatez de la tecnología hizo frente a lo frágil que era el discurso sostenido desde tiempos inmemorables como “todo pasado fue mejor”.

En algún punto, esto hizo replantearse al hombre si la máquina venía a sembrar caos en su universo. Le tuvo miedo a lo desconocido y eso lo inspiró a hacerse una serie de preguntas: ¿Qué pasa si en realidad la humanidad está siendo manejada como un títere por entidades de mayor jerarquía? ¿Qué sucedería si, en vez de estar nosotros en control, son las propias máquinas que creamos las dueñas de nuestro destino? ¿Existe Dios? Eso es apenas un bosquejo de lo que plantea The Matrix.

Literatura

Una de las principales influencias de esta obra es la literatura. En primer lugar, se pueden ver similitudes con la Biblia, ya que uno de los tópicos discutidos es la religión. Uno de los motivos por lo que se puede apreciar esto es porque la película presenta a Neo como el elegido, y con él una resignificación de la figura del Mesías. El personaje de Keanu Reeves trae la esperanza y la certeza en un mundo nublado de preguntas. Sin embargo, la Biblia no es el único texto que se usa como influencia para dar forma al enigmático salvador y a sus aliados. 

Por otro lado, la historia escrita por Lewis Carroll (“Alicia en el país de las maravillas”, 1865) aparece homenajeada en numerosas ocasiones: en primer lugar, en los diálogos entre el Oráculo y el Sr. Anderson, espejan la relación que tienen Absolem y Alicia. La oruga no reconoce a Alicia como tal hasta que la propia joven acepta su verdadera esencia. Lo mismo pasa con Neo: deja de buscar las respuestas en el exterior para hacerlo para sus adentros. Otra referencia más directa son los momentos en que algunos personajes muestran tatuajes de un conejo, para indicar que deben ser seguidos como lo hace Alicia en el cuento. Por último, cuando Morfeo le ofrece a Neo la oportunidad de conocer la verdad y le da a elegir entre las pastillas azul y roja, se refiere directamente a la historia de Carroll y al viaje en la madriguera como un evento esclarecedor.

Yo, Robot de Isaac Asimov, una obra clave para replantearse la relación entre máquinas y los seres humanos, marida perfectamente con ciertos aspectos de The Matrix, a pesar de haber sido publicada a fines de 1950. Su vigencia hasta la actualidad hace que se pueda trazar un paralelismo entre el uso indiscriminado de aparatos tecnológicos y el sentido del libre albedrío. Los personajes creados por las Wachowski deben usar teléfonos celulares, computadoras y naves para poder moverse entre el mundo real y el que propone “el arquitecto”. Sin embargo, no pueden prescindir de la tecnología ya que quedarían atrapados en alguno de los dos portales, por lo que el libre albedrío queda sesgado. Los programas y máquinas, de alguna manera, logran obtener voz y voto en algunas ocasiones, tanto a favor como en contra de la raza humana, por lo que son un arma de doble filo. 

Filosofía

Llevando a “Matrix” a un marco más filosófico, se podría decir que Neo está buceando lo que se conoce como la “alegoría de la caverna” propuesta por Platón. Esto se manifiesta cuando empieza a replantearse la veracidad de su entorno, y si la Matrix, ese espacio de control, existe una vez que él es sustraído de la simulación. Siendo él un hábil programador, no podría haberlo advertido antes sin ayuda por su visión condicionada. Allí se pone en jaque lo que él creía que era cierto (lo que en la alegoría se representa con sombras) y «despierta» en el momento en que comienza a dudar, cuando choca con la realidad. Algunos de sus compañeros de viaje, como Morfeo (Lawrence Fishburne) y Trinity (Carrie-Anne Moss), han pasado por ese proceso de “desintoxicación” y aceptación. (Si les interesa leer un poco más de alegorías en el cine, pasen por el texto de @mauvais1)

Otra de las piezas fundamentales para que el personaje de Reeves pueda cumplir con su misión son algunas ideas extraídas del budismo. Es menester para este Mesías poder desapegarse de los placeres y deseos mundanos que le provee la Matrix en pos de desarrollarse individualmente y transcender, entendiendo que su vida anterior estaba basada en una mentira. En consecuencia, el Sr. Anderson encontraría el Nirvana: un estado que sólo las personas que mediten y logren la iluminación espiritual alcanzan para dejar atrás el sufrimiento y adoptar la conciencia individual. En este mundo, para el Elegido significaría que comprenda su rol y actúe como tal.

El costado audiovisual de «Matrix»

Lo novedoso dentro de la puesta audiovisual es el aprovechamiento de efectos prácticos para las peleas y la mínima presencia de dobles de riesgo, evidenciando la entrega de los actores al filme. Eso sumado a una sutil mezcla con efectos en posproducción, logra dar una ilusión en algunas escenas y planos que parecieran menos intervenidos y más «reales», dándole un acabado más orgánico.

La disociación entre el mundo de la Matrix y el mundo real contado desde diferentes áreas fue algo novedoso. Si se tiene en cuenta el vestuario, el mismo da libertad al elenco a poner en marcha un estilo más andrógino y libre. Pero si se presta atención más de cerca a que los cambios de ropa suceden en simultáneo con el tratamiento de color, y el diseño de sonido, para dar una muestra clara y precisa de ambos mundos, permite que el metraje se pueda analizar sin necesidad de recurrir a los diálogos.

Influencias

Las Wachowski han influenciado a partir de este momento a otros proyectos, (no sólo desde lo audiovisual pero además en juegos de aventura), pero también se pueden vestigios de posibles puntos de partida:

  • “Sobreviven” (They Live, 1988), película de John Carpenter, donde su protagonista lucha por desenmascarar la manipulación de los medios masivos de comunicación.
  • “Ciudad de cristal” (City of glass, 1985), novela surrealista de Paul Auster.
  • «La casa de Asterión» (1947), cuento fantástico de Jorge Luis Borges, un excelente ejemplo de intertextualidad para tratar la cuestión de la individualidad del ser humano.
  • Las ideas posmodernas de Jean Baudrillard para enfatizar el hecho de que no existe consciencia individual y que, palabras más, palabras menos, vivimos en una hiperrealidad, sin poder distinguir fantasía de la realidad.

Para concluir, haciendo una relectura de la entrega fundante de la trilogía, se puede decir que, tanto la propuesta audiovisual como ideológica, no han envejecido. Muchos de los miedos que la audiencia tenía en 1999 han perdurado hasta el presente. Es por eso que el género de la ciencia ficción debe a The Matrix la resignificación de la conciencia colectiva ligada a las máquinas. Por eso su humilde servidora les dice que tengan cuidado desde dónde están leyendo este texto, no sea cosa que sus teléfonos se roben sus datos biométricos. Ahora los paso a una línea segura.


Título original: The Matrix

Año: 1999.

Duración: 131 min.

País: Estados Unidos

Dirección: Lilly Wachowski, Lana Wachowski.

Guion: Lilly Wachowski, Lana Wachowski.

Música: Don Davis.

Fotografía: Bill Pope.

Reparto: Keanu Reeves, Laurence Fishburne, Carrie-Anne Moss, Joe Pantoliano, Hugo Weaving, Marcus Chong, Gloria Foster, Matt Doran, Belinda McClory, Julian Arahanga, Anthony Ray Parker, Paul Goddard, Robert Taylor, Marc Aden Gray.

Producción: Warner Bros., Village Roadshow, Groucho Film Partnership. Productor: Joel Silver.

Género: Ciencia ficción. Fantástico. Acción.

Thomas Anderson es un brillante programador de una respetable compañía de software. Pero fuera del trabajo es Neo, un hacker que un día recibe una misteriosa visita…

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