[REVIEW] Licorice Pizza: “El que ama lo que hace”

El aclamado Paul Thomas Anderson deleita a su público con su última película después de tomarse una pausa en la pantalla grande con “El hilo fantasma” (2017). Y vaya que la espera no defraudó.

Por @belmalone

Para algunas personas, lo fundacional en una película son las líneas de diálogo. Para otras, lo es el recorrido que hace la cámara en los planos: cómo persigue a los personajes casi de forma depredadora, y esas imágenes cual ilustraciones de un cuento que le dan vida a la historia y la hace más que atractiva. Su humilde servidora opina que lo que se puede observar en Licorice Pizza es lo segundo. Pero no es lo único. El padre de éxitos como Boogie Nights: Juegos de placer (1997), Magnolia (1999) o Petróleo sangriento (2007), por mencionar algunas de sus películas (con tramas muy distintas entre sí), decidió hacer un sutil homenaje a los años ’70 contando una historia con notas de amor, drama y coming-of-age con un indispensable equipo a la altura de las circunstancias.

El soleado valle de San Fernando que brinda una cálida brisa en la cara del espectador es el escenario del primer encuentro entre Alana Kane (Alana Haim) y Gary Valentine (Cooper Hoffman), más específicamente en Grant High School, donde estudia el adolescente. Mientras hace la fila para sacarse su foto escolar, Gary le cuenta a Alana, una de las empleadas de la empresa fotográfica “Tiny Toes”, que él es actor, y con ese puntapié comienza a hacerle preguntas a la chica de pelo castaño. A partir de este azaroso momento, Alana, quien le lleva unos diez años al personaje de Hoffman, encuentra difícil declinar la invitación del energético quinceañero. La vivacidad y persistencia de Gary lo ayudan a continuar la conversación en su primera cena con su crush, o como le confiesa a su hermano, “la persona con la que se casará algún día”. A pesar de tener familias y modos de vida opuestos, la dupla comienza a frecuentarse y dar lugar a una “amistad” con sus respectivos altibajos.

Una de las cosas a favor que tiene Licorice Pizza es la frescura y el dinamismo para contar la historia principal de Alana y Gary, así como también se puede apreciar un relato subyacente que apunta a la situación socioeconómica del país. El guion confeccionado por el mismísimo Anderson da cuenta de ello en innumerables ocasiones, especialmente cuando se trata de la química de los debutantes actores, que se encuentra en ascenso a lo largo del recorrido, y en sus líneas, mientras comentan las noticias. El talento en bruto de ambos jóvenes quedó plasmado en la cinta. Pero su participación no es aleatoria, cada uno tiene su historia con “PTA”, como se le dice cariñosamente al director. 

Es por ello que antes de entrar de lleno al análisis de la película, hay que hacer un breve repaso del bagaje de la pareja protagonista. Por un lado se encuentra Alana Haim, la menor de las Haim, banda que conforma con sus hermanas Este y Danielle, también partícipes del filme. Paul Thomas Anderson ha participado en algunas ocasiones como director de los videos del trío como Summer Girl, Now I’m in it, y The Steps (co-dirigido por Danielle Haim), entre otros. Por otro lado, Cooper Alexander Hoffman no es más ni menos que el mayor de los hijos de Phillip Seymour Hoffman, el entrañable actor que trabajó en cinco de las nueve cintas del director (Hard Eight, Boogie Nights: Juegos de placer, Magnolia, Embriagado de amor y The Master). Si bien Cooper nunca había incursionado en el mundo de la actuación hasta ahora, se lo ve cómodo en esta nueva veta.

Ahora sí. Mucho hay por decir de este filme, pero se debe dar por hecho que ni bien se ven los créditos iniciales, el espectador puede empatizar de inmediato con los personajes, especialmente con Gary y Alana, teniendo cada uno un desarrollo cómodo. Si bien este romance en tensión es importante para el ritmo de la película, no eclipsa las apariciones de Bradley Cooper encarnando a Jon Peters, o de Sean Penn y Ben Safdie (Good Time, 2017), por mencionar algunos de los nombres de peso en este trabajo. Sin embargo, la transición de la adolescencia a la adultez (incluida la sexualidad), mantener la frescura de la juventud a pesar de tener responsabilidades y dar una chance a las metas por cumplir son unos de los tópicos que se ven a lo largo de los 133 minutos.

Además, hay una reminiscencia a la vibra setentosa que invita a la audiencia a ser parte de la experiencia. En primer lugar, esto es debido al tratamiento de la cámara y la coloración, poniendo en prioridad una paleta de colores cobrizos. Anderson decide apostar al fílmico para generar la atmósfera correcta en el lugar correcto: Los Ángeles, una ciudad con su propio encanto que ha enamorado a más de un realizador. Esto lleva a hablar de San Fernando, la locación que juega a ser un personaje más. Al valle le da vida la comunidad que se muestra a través de Gary y sus amigos, las aventuras a las que es invitada Alana, las ferias, además de las ideas que Gary prueba como emprendedor. A eso hay que sumarle el departamento de arte, que hace un excelente trabajo para sellar la atmósfera californiana de aquel momento.

Por último, la cámara de Anderson y Michael Bauman, con sus planos intrusivos en los distintos ambientes donde sucede la acción, y prestando suma atención a los momentos que Gary mira perdidamente a Alana y viceversa, parecen contar una historia distinta de la que se viene describiendo. La fotografía es versátil y sabe captar la esencia de los partícipes. Asimismo, la música a cargo de Jonny Greenwood, integrante de Radiohead y un viejo conocido de PTA que ha colaborado en Petróleo Sangriento (2007), The Master (2012), Vicio propio (2014), y El hilo fantasma (2017), le brinda un sentimiento de calidez y de cercanía, así también como las canciones perfectamente balanceadas y elegidas.

Decir más de esta obra sería entrar en terreno de spoilers. Para concluir, sin ser una película extravagante o con una trama excesivamente críptica, Licorice Pizza logra homenajear a la edad dorada del cine con el mismo espíritu que eligió mostrar el drama de Gary y Alana para que el público los conozca y los siga en sus travesuras. 

PUNTAJE: 10/10

P.D.: No dejen de escuchar la banda sonora. Se las dejamos en Spotify o YouTube.

Ahora sí, nos despedimos. 


Título: Licorice Pizza

Año: 2021

Duración: 133 min.

País: Estados Unidos.

Dirección: Paul Thomas Anderson.

Guion: Paul Thomas Anderson.

Música: Jonny Greenwood.

Fotografía: Paul Thomas Anderson y Michael Bauman.

Reparto: Alana Haim, Cooper Hoffman, Sean Penn, Tom Waits, Bradley Cooper, Ben Safdie, Maya Rudolph, Joseph Cross, Emma Dumont, Skyler Gisondo, John C. Reilly, Mary Elizabeth Ellis, Emily Althaus, Anthony Molinari, Craig Stark, Fatimah Hassan, Bottara Angele, Deana Molle’, Jeff Willy, Zoe McLane, Nate Mann, Destry Allyn Spielberg, Devon Knopp, Mary Eileen O’Donnell, Lakin Valdez, Louis Delavenne, Zachary Chicos, Rogelio Camarillo, Joe Don Harris, Steven Herrera, Trent Longo, Rosie Valdiva, Christine Ebersole, Sasha Spielberg, Joann Coleman y Charlotte Townsend. 

Productora: Ghoulardi Film Company, Bron Studios, Focus Features.

Distribuidora: Metro-Goldwyn-Mayer (MGM)

Género: Drama | Años 70.

Es la historia de Alana Kane y Gary Valentine, de cómo crecen juntos, salen y acaban enamorándose en el Valle de San Fernando en 1973.

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