La sexta Temporada: El Invierno está aquí

«Las serpientes enfadadas atacan. Eso hace más fácil aplastar sus cabezas»

Si aun no terminaron la temporada alejense de aquí, esta plagado de spoilers…

Por @mauvais1

¿Qué es lo nuevo?

Es impensado comenzar a narrarlo si no lo hacemos por el disparador de todos ellos, George R. R. Martin ya no está involucrado directamente con el proyecto. En la anterior temporada se daba por terminado el «basado en el libro de» y David Benioff y D. B. Weiss se hicieron cargo, y más allá de algunas intervenciones de Martin, ellos fueron quienes trazaron la totalidad de la historia de estos intensos diez episodios.

La épica.

La épica ha sido uno de los acentos que se han remarcado por sobre muchas otras cuestiones en la serie, cuyas temporadas tenían su grandes episodios de batallas y cruces de espadas. Pero generalmente asistíamos a una danza, eterna e irregular, de intrigas palaciegas. Como en un gigante versalles, los siete reinos se recorrían por pasillos y salones. La nobleza, se sabe, jamas ensucia sus ropajes en el barro de la calle y el vulgo. Algo que el autor siempre tuvo presente. Una saga basada en la guerra de las rosas, esa interna de la realeza británica, le dio a estos personajes el carácter flemático que toda esta casta de gobernantes posee.

«El poder reside donde los hombres creen que reside. Es un truco, una sombra en la pared. Y un hombre muy pequeño puede proyectar una sombra muy grande». Solía decir Lord Varys y allí residía lo más interesante del conflicto al que asistíamos, porque una serpiente escurridiza como él o Petyr Baelish se enfrentaban al más rancio y acartonado código de honor que, como por ejemplo los Stark, poseían como forma de encarar el mundo y sus decisiones. La ciudad y el cosmopolita centro de intrigas versus el campo y el conservadurismo de las viejas tradiciones. «El hombre que dicta la condena debe blandir la espada«. Solía decir el traicionado y decapitado Eddard Stark.

Pues entonces, desde el momento en que Jon Snow despertaba de esa muerte que vimos al final de la temporada anterior, un Stark más confiando en la justicia y la integridad, la historia se abre en un inmenso abanico de relatos, un coral grandioso que el director Miguel Sapochnik supo darle en ese doble final que fueron los episodios 9 y 10. En The Red Woman Jeremy Podeswa nos preparaba el terreno mostrándonos la situación de cada personaje, de sus decisiones. Nos mostraba, como siempre fue, las habitaciones penumbrosas y los pensamientos. Adentro, siempre adentro. 

Pero con el devenir de los capítulos ese adentro se transformó en una basta panorámica del juego en que ya no intervenía la palabra por sobre la acción, es esta última la que, a través de un discurso pletórico de ideales, toma la posta. El lenguaje ahora no es susurrado.

601brienneLas voces.

Uno de los ejemplos más claro de un cambio de paradigmas ocurre en Braavos, y es cuando Arya se enfrenta a su primera victima. En una maravilla escena asistimos a una representación teatral, que oh detalle, se ajusta bastante a las realizadas en el teatro Isabelino y Jacobino. El tan mentado teatro shakesperiano y sus dramas históricos. La muerte del rey Joffrey y la triste elegía de la reina madre sobre el cadáver del joven asesinado. En el sexto episodio particularmente, Jack Bender, su director y los guionistas nos hablan de una joven preparada para matar que comprende que hacerlo no es tan sencillo y que la historia es y será de acuerdo a quien la relate. Lady Crane, la actriz, representa a Cercei y su discurso es poderoso e interpretado con una asombrosa solvencia. Una madre llora por su hijo… «Oigan mi plegaria, Dioses crueles…» 

Aquí la irrupción es devastadora. Seremos testigos de los cambios trazados en los personajes y sus discursos… “Sería capaz de quemar el país entero si pudiera proclamarse rey de las cenizas». decían de Petyr Baelish en un momento (3×04) y lo vemos ahora avocado en la conquista de una fría y dubitativa Sansa Stark. Ellos ahora no accionan, declaman. Los personajes más que en ninguna otra temporada verbalizan sus pensamientos, sus anhelos y sus codicias. Se ha transformado en una narración, en una fantástica sucesión de textos grandilocuentes. Las miradas y gestos son ahora descritos y minuciosamente expuestos. Game Of Thrones más que nunca es una impresionante puesta teatral en la que la acción es atronadora. Y  los personajes ya no se desdoblan en intricadas facetas de carácter. Los humanos pasan a ser personajes que la historia a recogido y arropado en los distintos roles de una basta representación del teatro de Sheelba Square. Está el intrigante enano, el estúpido y provinciano Stark, la reina rubia y destinada a sufrir y la vengadora niña oculta en las sombras. Acaso no sucede eso cuando Tyrion forja una alianza con los sacerdotes de la Luz y los comerciantes de las otras ciudades esclavistas. Tanto Gusano gris como la traductora Missandei, le discuten la decisión como una traición a lo que iniciaron con la reina de los dragones. Cercei sobre el cuerpo de Myrcella llora su fatídica suerte, ya profetizada.

Las historias toman la velocidad de los acontecimientos, ya no hay tiempo para la reflexión en forma de viaje o distancias físicas. Todo es rápido y al instante, leemos un libro de historia donde se documenta por fechas y acciones destacadas. Y morirán, por supuesto que ha llegado el tiempo, como en una buena tragedia, de cobrar las deudas morales y éticas.

39Lo impensado (conclusión)

Leímos en algunos artículos que los personajes se aplanaban, apreciación impensada para nosotros, dado el trasfondo que cada uno de ellos deja ver a lo largo de todas las temporadas anteriores. Quizás sea que esta vez ellos no ocultan, es ahora tiempo de revelar, mostrar, decidir. Como si fuera una basta conclusión, cada uno ha tomado la decisión final con respecto a lo que desean y se abocan a ello. Nos trae a la memoria, más con los recientes dos capítulos finales, historias épicas clásicas como El Señor de los Anillos, en donde cada uno tenía un destino que no podía eludir y lo enfrentaba con coraje, espada en mano y dispuesto a tomarlo con la gloria de antaño. Las torceduras de los destinos ya no es posible, ahora se abrazan.

Vimos como aquellos que eran capaces de ser coherentes entre el discurso y la acción. «El hombre que dicta la condena debe blandir la espada«. Dijo Eddard Stark. «Te diré una cosa. Te voy a hacer un regalo. Después de que junte a mi ejército y asesine al traidor de tu hermano, también te daré su cabeza». le dijo Joffrey a Sansa y ella respondió «O tal vez él me traiga la tuya». Los simples serán los herederos del reino, clamaba uno en una montaña, prometiendo que los injustos pagarían sus deudas terrenales. Y así es, en esta sexta temporada aquellos que creemos en ello fuimos largamente satisfechos, porque ahora las muertes son el resultado de destinos oscuros o serán el cierre de vidas que se han dedicado al servicio de los otros. Solo mueren los mártires y los réprobos. ¡Y de que manera!

No vamos a mentir, Hodor estará por siempre en nuestro corazón, porque es la clave para comprender no solo que hay muertes por buenas causas, que llamaríamos sacrificios, sino que también son para darnos la pista de lo que vendrá. Porque a partir de su desaparición y a través del joven Bran «cuervo de tres ojos» Stark se revelan la ascendencia de Jon Snow y la locura de los Targaryen, ambas génesis de la historia de los siete reinos que hemos visto a lo largo de la saga.

Tiempo de revelaciones, que los personajes tomarán y harán propias. Cuando Ser Davos enfrenta a la Bruja Melisandre, Cercei y esa estrafalaria venganza sobre todos y cada uno de los que la atormentaron. Esta vez las consecuencias de las muertes no son más muertes, sino descubrimientos, ahora más que nunca la muerte es una proclamación de hechos.

Y aquí estamos con una reina que surca los mares, después de un largo y quejumbroso periplo, en busca de su herencia perdida. Un joven que de una oscura cuna se yergue en el heredero no solo del norte, tal vez de todo lo que nuestra vista pueda abarcar. Una niña transformada en una fría asesina. La muerte deja de ser lúdica, es certera, cruel y ajusticiadora. Todos estamos sobrecogidos por tanta transformación, vean sino la decisión del rey Tommen, y preparados para enfrentar lo que la diosa fatua que es la que hila nuestro tapiz corte con sus tijeras. Caminamos más que nunca en la oscuridad de ignorar lo que vendrá, pero seguro será legendario, preciosamente declamado y tal vez un poco menos complejo. Pero ya no hay tiempo de dudas, El Invierno Está Aquí.

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Acerca de Marco Guillén 4338 Articles
Aguanto los trapos a Jordi Savall. Leo ciencia ficción hasta durmiendo y sé que la fantasía es un camino de ida del que ya no tengo retorno.

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