[REVIEW] Guerra en el aserradero: Esa droga es mía

Guerra en el aserradero

Julien Leclercq dirige este thriller francés, escrito por él junto a Jérémie Guez, que Netflix estrenó el viernes 17 de abril en su plataforma. Protagonizada por Sami Bouajila, reubica los códigos del western a una historia sobre pandillas de narcos y un héroe enfermo y solitario.

Por @Gimei18

Conocida originalmente como «La Terre et le Sang» y «Earth and Blood» en inglés, «Guerra en el aserradero» tuvo un bajo presupuesto por no pertenecer al mundo de Hollywood; sin embargo, no tiene nada que envidiar a las enormes producciones estadounidenses. La película es protagonizada por Sami Bouajila, siendo esta la tercera vez que trabaja con Leclerq. Y como su título lo revela, el ingrediente principal es la enorme dosis de suspenso en el silencio de ese bosque. La historia se asimila en algunos puntos a «Heat» (1995) de Michael Mann, donde De Niro es un ladrón que, antes de retirarse, quiere perpetrar un último robo que es arruinado por un policía en una sangrienta batalla.

El nombre de Julien Leclercq ya se relaciona con el género acción, por sus películas «L’assaut» (2011) y «Lukas» (2018). En esta primera cinta para Netflix continúa con su vínculo con el género, en un western moderno violento. Ha sido producida por Julien Madon y Julien Leclercq para Labyrinthe Films, y coproducida por los belgas de Umedia, con el apoyo de Wallimage. La incisiva película franco-belga tiene una lluvia torrencial en el bosque, ametralladoras a punto caramelo y torceduras de cuello para recuperar unos kilos de cocaína robada.

Saïd (Sami Bouajila), el dueño de un aserradero en medio del bosque, está decidido a vender su negocio ya que está enfermo y le quiere dejar una posibilidad de futuro a su hija sordomuda  Sarah (Sofia Lesaffre). Saïd acostumbra contratar a ex presidiarios y delincuentes para que trabajen en su fábrica para darles una segunda oportunidad. Pero hay uno nuevo: Yanis (Samy Seghir), un joven que intenta reinsertarse en la sociedad, hasta que se ve forzado a ocultar en el taller una enorme cantidad de cocaína que su hermano le robó a un peligroso criminal. Cuando el narcotraficante llega a recuperar lo que es suyo, Saïd convierte el aserradero en un feroz campo de batalla.

Guerra en el aserradero

El film tiene como protagonistas a Sami Bouajila, Carole Weyers, Eriq Ebouaney, Sofia Lesaffre, Samy Seghir y Eric Kabongo. Todos están excelentes, aunque casi no hay diálogos, lo cual es quizás más complicado porque se basa en la acción y los gestos de los temerarios y los aterrorizados.

Guerra en el aserradero (2020) juega con un suspenso permanente y un ritmo violento, reciclando los códigos del western en un enfrentamiento entre buenos y malos dentro de un taller en el medio de la nada y bajo la lluvia. La historia es simple y el curso de la acción también, pero sorprende el final de la película con un giro que no se esperaba. La necesidad de cuidar a los suyos, la venganza y la supervivencia son los pilares en los que se apoya la narración y apuesta por la adrenalina en tiempo real. Acción y suspenso se mezclan en esta película francesa de una desesperada crónica donde las palabras no tienen lugar y son reemplazadas por disparos y muertes violentas. Una hora y 20 minutos sin tregua para el espectador. Eleva la tensión al límite, y aunque la película como tal no revolucionará el género ni cambiará nada, sin duda se recomienda para quien busca entretenimiento puro y sencillo.

PUNTAJE: 7/10


Guerra en el aserradero

Título: La terre et le sang

Dirección: Julien Leclercq

Guion: Jérémie Guez, Julien Leclercq

Reparto: Sami Bouajila, Carole Weyers, Eriq Ebouaney, Sofia Lesaffre, Samy Seghir, Eric Kabongo, Redouanne Harjane, Oumar Diolo, Anis Benbatoul, Blaise Afonso, Mario Stasseyns, Gaëtan Lejeune, Lionël Ruzindana, Eric De Staerke, Edson Anibal, Luc Van Grunderbeeck, Thomas Durcudoy, Frank Onina, Christelle Delbrouck, Thibaut Neve

Tras años dirigiendo un próspero aserradero en medio de los bosques de las Ardenas, contratando a ex presidiarios y jóvenes delincuentes, Said recibe la visita inesperada de los miembros de un cártel de drogas que le exigen que guarde dentro de su fábrica una gran cantidad de cocaína.

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