[REVIEW] Gambito de Dama – Miniserie

[REVIEW] Gambito de Dama - Miniserie

La fascinante historia escrita por Walter Tevis llega a la pantalla de Netflix, adaptada por Allan Scott y Scott Frank y aquí te adelantamos con que te encontrarás.

Por @mauvais1

He de ser sincero antes de comenzar. No soy un avezado jugador de ajedrez, de hecho apenas si conozco las reglas básicas del mismo. Por otro lado, tampoco tuve acceso a la novela que, sé muy bien, goza de una extensa popularidad y de críticas positivas casi en unanimidad. Aclaraciones hechas, plantearé la review de esta miniserie solo con la información que la misma brinda, que claramente debe ser lo que nos preocupe. Y es bueno anticipar que, por un lado, no es para nada necesario tener idea del juego, aunque suponemos que quienes estén familiarizados la disfrutarán en otro nivel, y que en los siete episodios la historia mantiene una interesante narrativa capaz de sostenerse sin comparación alguna.

«Gambito de Reina», o «The Queen’s Gambit», narra la historia de Elizabeth (Beth) Harmon, una huérfana con una sorprendente habilidad para las matemáticas y el ajedrez, siendo este último su refugio, placer, y razón de su vida. Todo en ella parece de alguna manera signado por el dolor, el abandono y la insoportable sensación de no pertenecer, aún a sabiendas de que sí quiere ser parte. Una criatura que, en manos de Anya Taylor-Joy y con guión escrito por Allan Scott y Scott Frank, es sin lugar a dudas fascinante.

 Al conocer la historia inmediatamente nos retrotraemos a «Queen of Katwe» y «Fahim», ya que para nosotros tienen algo más en común que solo el juego, describiendo retratos reales de personas que no solo hallaron felicidad en el blanquinegro tablero, sino también una finalidad que los condujo a una realidad superadora. Casi todo el universo deportivo en la ficción tiene como columna vertebral ese concepto, el poder ir más allá de lo pronosticado, el avance y predominio de quien se atrevió a cruzar un límite.

Y vaya que Beth Harmon representa mucho estos conceptos; una a niña huérfana de pasado incierto y memorias frágiles, que encuentra en el orfanato a su primer gran maestro en la vida, que es justamente un atemperado y parco ajedrecista que se dedica a limpiar los pisos y a enseñarle las primeras armas en el tablero y que, más importante aún, este es un juego honorable y respetuoso. La fuerza arrolladora de la niña sobreviviente es templada por este hombre que, aún prejuzgandola, será su modelo a seguir tanto para bien como para mal.

[REVIEW] Gambito de Dama - Miniserie

«Las niñas no juegan ajedrez»

Nada será fácil para ella, aún cuando se trate solo de aprender un juego de mesa. Demostrará una y otra vez, con obstinación y honra, que ella posee el conocimiento, la sabiduría y perseverancia para dominar y explorar nuevas configuraciones. Faceta planteada tan bien como su contraparte, porque la niña huérfana no solo sufre el desamparo familiar, también carga con una herencia a medias comprendida y asimilada. Una historia que marca, de manera traicionera y anónima, su historia personal.

Cada paso, episodio por episodio, trata de Beth asimilando, entendiendo, sopesando y reconstruyendo en el tablero una vida que forja al paso, sin premeditación. En una acertada labor por parte de los guionistas, cada personaje que llega a su vida de alguna manera forja su personalidad y le da herramientas que ella toma y reutiliza a su conveniencia. La mesura del señor Shaibel (un preciso Bill Camp), su madre adoptante Alma Wheatley (Marielle Heller) y sus adicciones la ayudarán a moldear a la jugadora que es ante los demás. Fascinante.

La niña y la ajedrecista son vistas de alguna manera como dos personajes diferentes. Se construyen como individuos separados que solo se conjugan en la intimidad o, más bien, en la soledad de la joven. Delicadisimo trabajo de Isla Johnston y Anya Taylor-Joy que son capaces de hacerlo sin precisar los límites de una y otra. Cada paso y fortuna es una construcción de un personaje complejo, una border siempre a punto de caer.

Más allá de que el evento, la serie en su totalidad, puede oler demasiado fuerte a historia de superación, también es capaz de un retrato sombrío y ciertamente poco dado al triunfalismo que suele alimentar. La niña crece ante nuestra mirada, se convierte en una jugadora estrella, se crea a sí misma una historia para sobrevivir y para mantener la oscuridad a raya. Podría tildarse de feminismo de exhibición también, aunque la mujer que es Elizabeth (Beth) Harmon es más que una historia de empoderamiento. Desde el comienzo muestra un carácter, una inteligencia, una feminidad y un indómito accionar, fuerza motora de su construcción, que no habla del despertar, sino más bien del ser vista.

Claro que luchará con los prejuicios. Es una mujer compitiendo en un circuito de hombres, cuando ya existe uno dedicado solo a ellas, una excepcional jugadora capaz de ser tan bella y vestir como una modelo, con todos los convencionalismos que esto trae. Aunque en ningún momento el tener solo contrincantes varones será para ella una condición a temer, simplemente competirá en lo que ella sabe es invencible. Porque no sale a vencer hombres, solo busca derrotar el vacío que es ella sin el ajedrez.

Las adicciones serán otro de los temas, que aquí se retratan sin exageración alguna. Son solo, y es temible de ver, circunstancias que vive y asume como el proceso de su maduración. Se muestran como parte cabal del mundo que habita, las drogas que consumía como parte de la terapia en el orfanatorio y el alcoholismo que conoce a través de su madre adoptante, quien también ofrece un conmovedor retrato de la esposa de clase media suburbana, bien alejado del clásico imaginario del «American Dream» pos-segunda guerra estadounidense. La hipocresía se expone en cada caso sin liarse o sobredimensionar.

[REVIEW] Gambito de Dama - Miniserie

Más allá de la construcción de sólidos personajes, que darán a Beth el empuje hacia el siguiente nivel, de como ella deconstruye esos monstruos a medida que los vence, y como obtiene de ellos su experiencia y hasta amistades, se descubre también una impresionante puesta en la producción que define la era y sus habitantes, los convencionalismos sociales y la rigurosidad a la vez suntuosa de los años cincuenta y sesentas del siglo XX.

The Queen’s Gambit (Gambito de dama) es una sólida producción, con un personaje femenino como protagonista que no necesita sobredimensionar la lucha femenina, más bien encuentra el balance en ella, proponiendo la historia de una mujer poderosa, que lucha con sus propios demonios, lejos del «mansplaining». El retrato es sutil, elegante y, sorpresivamente, con partidas que son interesantes, porque han sabido impregnarlas con una historia consistente. La Beth Harmon de Anya Taylor-Joy es fascinante, tanto delante de un tablero como en la intimidad de su vida.


[REVIEW] Gambito de Dama - Miniserie

Título: Gambito de Dama (The Queen’s Gambit – 2020)

Dirección: Scott Frank

Guion: Allan Scott, Scott Frank

Reparto: Anya Taylor-Joy, Moses Ingram, Harry Melling, Chloe Pirrie, Janina Elkin, Marielle Heller, Marcin Dorocinski, Patrick Kennedy, Matthew Dennis Lewis, Russell Dennis Lewis, Rebecca Root, Christiane Seidel, Millie Brady, Akemnji Ndifernyan, Eloise Webb, Alexander Albrecht, Tatsu Carvalho, Michel Diercks, Murat Dikenci, Rebecca Dyson-Smith, Reda Elazouar, Sam Gilroy, Hubertus Grimm, Charlie Hamblett, Madeline Holliday, John Hollingworth

Basada en la novela de Walter Tevis, es una historia que explora el verdadero costo de la genialidad. Abandonada y confiada a un orfanato de Kentucky a fines de la década de 1950, una joven Beth Harmon (Anya Taylor-Joy) descubre un asombroso talento para el ajedrez mientras desarrolla una adicción a los tranquilizantes proporcionados por el estado como sedantes para los niños. Perseguida por sus demonios personales y alimentada por un cóctel de narcóticos y obsesión, Beth se transforma en una marginada impresionante y glamorosa mientras está decidida a conquistar los límites tradicionales establecidos en el mundo dominado por los hombres del ajedrez competitivo.

Acerca de Marco Guillén 4338 Articles
Aguanto los trapos a Jordi Savall. Leo ciencia ficción hasta durmiendo y sé que la fantasía es un camino de ida del que ya no tengo retorno.

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