Inmenso Bastardo N°8: «Cleopatra» (1963), de Joseph L. Mankiewicz

Inmenso Bastardo N°8: "Cleopatra" (1963), de Joseph L. Mankiewicz

Bienvenidos a Inmenso Bastardo, la sección semanal en la que nos encargamos de explorar la historia del cine, pero con un detalle: Todas las películas que hablaremos en la sección duran 3 horas o más. En el día de la fecha nos toca revisar una de las películas más representativas del lema “cuanto más grande, mejor”. Toca hablar de Cleopatra (1963), dirigida por Joseph L. Mankiewicz, una de las superproducciones más grandes de toda la historia. Tomemos un respiro y empecemos.

Por @nicobarak

Después de todo lo que hablamos en la sección, ya la idea de películas enormes comienza a perder perspectiva. Esto es totalmente normal, y sería fácil pensar que en esos años hasta los productores pasaban por una situación similar. Si, estuvo claro que Los diez mandamientos (1956) fue un antes y un después en las superproducciones. También quedó claro que Ben-Hur (1959) mejoró el formato en cada uno de los aspectos posibles. Pero dentro de esa lógica historicista, ¿Dónde entra Espartaco (1960)? ¿Es una más? ¿Y Lawrence de Arabia (1962)? Las líneas de la película más grande de la historia comenzaban a desdibujarse, y las grandes productoras seguían presionando en la carrera.

Inmenso Bastardo N°8: "Cleopatra" (1963), de Joseph L. Mankiewicz

Es allí donde entra 20th Century Fox, que aún no había puesto su caballo de batalla en la carrera. Con la idea de hacerle un remake a un éxito que había sucedido en los comienzos del cine mudo (estamos hablando de la Cleopatra de 1917), la Fox contrató en 1958 al productor Walter Wanger, quien rápidamente se puso manos a la obra. En Fox, aun así, no tenían pensado filmar una superproducción, ni muchísimo menos… El presupuesto del film comenzó en los 2 millones de dólares, que adaptados a inflación sería el presupuesto de una película media actual. Wanger, en cambio, tenía mayores planes para el film. El productor veía el éxito que había tenido la epopéyica Los diez mandamientos y sus ojos se ponían con símbolos de billetes.

Con ese presupuesto ficharon al director Rouben Mamoulian. Luego de charlas y convencimientos entre el nuevo director, Wagner y la Fox, esos 2 millones de dólares se convirtieron rápidamente en 5 millones, los que se agrandaron mucho más cuando entró al proyecto la superestrella Elizabeth Taylor. En un movimiento sin precedentes, fue la misma Taylor la que reclamó cuánto debía cobrar. Recordemos que Hollywood en ese entonces estaba fuertemente influenciado por su sistema de estrellas, donde los actores eran empleados en total dependencia de sus productoras y estas determinaban todo lo que ellas quisieran sobre su salario o sus condiciones.

Elizabeth Taylor, en cambio, decidió que no participaría del film por un número inferior a 1 millón de dólares, y a pesar de que esta actitud le haya pavimentado el camino a miles de actrices a futuro que comenzarían a tener más poder sobre sus carreras, se podría decir que esta decisión del productor fue la primera errada de muchas.

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La producción cada vez se agrandaba más y más. Mientras Cleopatra todavía no comenzaba ni a filmarse, salía Ben-Hur y destrozaba el mercado, llenándose de millones. Cada nueva película que salía era un nuevo pretexto para que Fox pusiera aun más dinero. Pero recordemos que todo este fenómeno de películas enormes comenzó justamente porque la industria del cine tambaleaba. La televisión ganaba cada vez más espectadores, y las salas de cine se centralizaban cada vez más. Por otro lado, la censura y el clasicismo de Hollywood cada vez se tornaban más y más anticuados. Los finales felices y el sueño americano se comenzaban a resquebrajar.

A mediados de 1961, Cleopatra comenzó finalmente su rodaje en Inglaterra. Los decorados a construir eran enormes y los números del presupuesto se desataban. La historia de Cleopatra, que sucedía principalmente en Egipto y Roma, resultó que no fue muy compatible con el clima británico. Unas tormentas destrozaron fuertemente los sets tan costosos de rodaje y, por si fuera poco, la superestrella Taylor se enfermó y demoró aun más el comienzo del mismo. Con tan solo 10 minutos filmados y 7 millones de dólares perdidos, Fox decidió reiniciar la producción cambiando a casi todas las cabezas del equipo y sobre todo cortándole la cabeza al director Mamoullian. Se la cortó figurativamente hablando, vale aclarar.

Para su reemplazo, Wanger contrató finalmente en la dirección a Joseph L. Mankiewicz, un cineasta especializado en la dramaturgia y hermano del guionista Herman J. Mankiewicz, quien pronto estará estrenando su biopic post-mortem en Netflix. ¿Es muy relevante este dato? No, en realidad. Pero lo que sí es relevante es que la dirección de Mankiewicz terminará siendo uno de los pocos puntos que salven a esta Cleopatra del fracaso absoluto, si se le puede decir que se salvó. Hagamos un break y hablemos un poco del film.

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Cleopatra cuenta justamente la historia de la reina de Egipto, Cleopatra VII, y específicamente el fragmento de su vida en relación a sus dos romances principales. Primero con Julio Cesar, y luego con Marco Antonio, ambos romanos. Estos dos romances suceden a la par de distintas crisis políticas que van teniendo en Roma y en Egipto, que desenvuelven tramas bastante complejas de traición, poder y venganza.

Uno de los primeros problemas al intentar adaptar el relato de Cleopatra a la gran pantalla fue que, a decir verdad, hay muy poca información certera de su vida. Siendo Cleopatra una de las pocas mujeres en la historia que llegaron a tener tanto poder, los imperios que la sucedieron se ocuparon de borrar y desaparecer su legado tangible, sumado al misticismo y lo poco que conocemos en general sobre el antiguo Egipto. Esto hizo que, a pesar de estar formalmente adaptando dos textos “con fundamento histórico”, la gran mayoría del relato tiene sus bases en la tragedia escrita por William Shakespeare llamada Antonio y Cleopatra.

Entendiendo la base dramática del relato, la contratación de Mankiewicz para la dirección fue una decisión extremadamente acertada. El director ya había dirigido grandes historias cargadas de construcciones clásicas como All About Eve (conocida como “La malvada” en Argentina) en 1950 o la otra gran obra de 1959 junto a Elizabeth Taylor, Suddenly, Last Summer (“De repente en el verano”). El estilo del director, junto a sus guiones tan particulares, apoyó al film en los momentos que más se debilitaba. Aun así, nada estuvo cercano a un rodaje tranquilo luego de ser contratado.

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El rodaje de Cleopatra siguió siendo igual de catastrófico que como empezó. Por un lado, los intentos de Mankiewicz sobre construir un relato más acercado a su dramaturgia resultaban estar muchas veces en una directa oposición a las intenciones de Wagner y su superproducción histórica. A esto se le suma todo el enorme presupuesto dedicado a los decorados, que fueron totalmente desechados en Inglaterra y reconstruidos en su totalidad en los estudios de Cinecittà, la nueva locación donde filmaron. Estos conflictos, sumados a una producción que cada vez tenía más apuro por estrenar y poder recuperar algo del presupuesto perdido, forzaba a Mankiewicz a trabajar día y noche en el guion, a la par del rodaje mismo.

A todo esto se le sumó un escándalo mediático alrededor de Elizabeth Taylor y el actor que interpretaba a Marco Antonio, Richard Burton. Estando ambos casados, comenzaron a suceder rumores a la par del rodaje de la película que hablaban de un affaire mutuo, que comenzaron en rumores y terminaron en verdad. La mala publicidad ciertamente no ayudaba a lo que cada vez se complicaba más y más.

Hasta Mankiewicz, ya casi por terminar el film, fue echado y posteriormente re-contratado por diferencias creativas con la Fox, que veía cómo el presupuesto se tornaba realmente mastodóntico. Mientras que la película más cara de la historia para cuando estaban filmando era Ben-Hur con unos 15 millones de dólares de presupuesto, Cleopatra simplemente duplicaba el récord, con más de 31 millones ya gastados. A la hora de sentarse en la mesa de edición y comenzar a montar el film, Mankiewicz le entregó a la productora como corte final una versión de la película que duraba nada más ni nada menos que 6 horas.

Inmenso Bastardo N°8: "Cleopatra" (1963), de Joseph L. Mankiewicz

En 20th Century Fox descartaron totalmente la propuesta del director, y en el corte que elaboraron, sin atención creativa alguna a las intenciones de los que participaron, lo redujeron a unos 180 minutos de metraje, recortando la mitad de la historia. Todos los que participaron en el rodaje quedaron increíblemente descontentos con lo que quedó, alegando que la película resultaba confusa o que habían sacado partes esenciales del conflicto dramático. Muchísimos años más tarde vería la luz el corte que conocemos hoy, de un poco más de 4 horas, pero las dos horas restantes terminaron por desaparecer de la faz de la tierra cinéfila.

Elizabeth Taylor, por su parte, directamente se negó a seguir asistiendo a las funciones de estreno luego de ver lo que habían hecho con el material filmado. Mankiewicz, quien cayó en las drogas para poder mantenerse despierto y escribiendo durante las noches de rodaje, se juró no volver a dirigir una superproducción nunca más en su carrera, la cual se ralentizó muchísimo en busca de un descanso luego de todo el trabajo de Cleopatra. En cuanto a los intereses de la productora… Tampoco hubo excelentes resultados.

20th Century Fox tuvo el lujo de tener en Cleopatra la película más taquillera del año y una de las más exitosas de la década, pero ni eso alcanzó para cubrir los gastos que terminaron alrededor de los 40 millones de dólares. El “fracaso” de Cleopatra casi les cuesta la productora en su totalidad, que solo fue salvada gracias al éxito de La novicia rebelde (1965) y al aún mayor éxito (y ciertamente, muchísimo más sorpresivo) que terminó siendo Star Wars (1977) casi 15 años después.

Inmenso Bastardo N°8: "Cleopatra" (1963), de Joseph L. Mankiewicz

Unos meses después del estreno de Cleopatra, el entonces presidente de los Estados Unidos de America, John F. Kennedy, era asesinado públicamente por un francotirador sin identificar. Unos años más tarde, Martin Luther King también correría una suerte similar. La familia Manson tomaría también protagonismo en la cultura estadounidense cuando para finales de década se encargarían de matar a Sharon Tate y sus amigos, en un horroroso escándalo satanista dentro del fenómeno “Helter Skelter”.

No volvería a haber una Cleopatra ni una Ben-Hur en Hollywood. Los que crearon las grandes productoras a comienzos de siglo fallecían de viejos y en total desconexión con lo que sucedía en la sociedad norteamericana de la época. El escapismo de las grandes historias sería dejado de lado por un Hollywood que irá de lleno a debatirle cara a cara a los grandes políticos, a las grandes instituciones y hasta a las grandes productoras sobre cómo se debía hacer cine.

Inmenso Bastardo N°8: "Cleopatra" (1963), de Joseph L. Mankiewicz

Cleopatra, probablemente sin desearlo, daría indirectamente el punto de salida a lo que hoy se le llama “Nuevo Hollywood”. Una generación que tomaría los excesos de la anterior para transformarlos en conflictos sociales y políticos que afectaban a la sociedad de la época. ¿Es Cleopatra el mejor exponente de lo que sabía hacer el viejo Hollywood?

En absoluto. Muchas de las mejores películas de la historia están escondidas en esta construcción clásica del cómo contar una historia. Pero Cleopatra es un resumen perfecto de todo lo que condenó la muerte prematura del clasicismo hollywoodense. Aun así, les prometemos que seguirá habiendo películas de más de 3 horas que analizar en esta improvisada historia del cine. Y también les aseguramos que, lo que por un lado significó la muerte del cine clásico, significó por el otro el comienzo de una nueva manera de hacer cine, responsable de películas como Taxi Driver (1976), La naranja mecánica (1971) o El padrino (1972). El cine solo estaba empezando.


  • Título original: CleopatraInmenso Bastardo N°8: "Cleopatra" (1963), de Joseph L. Mankiewicz
  • Año: 1963.
  • Duración: 243 minutos.
  • País: Estados Unidos.
  • Dirección: Joseph L. Mankiewicz.
  • Guion: Joseph L. Mankiewicz, Ranald MacDougall y Sidney Buchman.
  • Música: Alex North.
  • Fotografía: Leon Shamroy.
  • Reparto: Elizabeth Taylor, Richard Burton, Rex Harrison, Roddy McDowall, Martin Landau, Pamela Brown, George Cole, Hume Cronyn, Cesare Danova, Kenneth Haigh, Robert Stephens, Margaret Lee.
  • Productora: 20th Century Fox.
  • Género: Drama.

El victorioso general Julio César se ve obligado a visitar Egipto para evitar la guerra civil provocada por la falta de entendimiento entre Cleopatra y su hermano Tolomeo, que comparten el poder en Egipto. César, cautivado por la inteligencia y belleza de la joven, la proclama reina indiscutible de Egipto, y tras el nacimiento de su hijo, Cesarión, la convierte en su esposa.

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