Retrospectiva Bastarda: «The Innocents» (1961), de Jack Clayton

[RETROSPECTIVA BASTARDA] The Innocents (1961)

El próximo mes se estrena en Netflix La Maldición de Bly Manor, basada en Otra vuelta de tuerca de Henry James ¿Qué mejor motivo para recordar y ver una de sus mejores adaptaciones en el cine? La maravillosa The Innocents.

Por @santiagufranco

En 1898 el escritor Henry James publicaba su novela Otra vuelta de tuerca, que narraba la historia de una institutriz reprimida quien queda a cargo de dos niños pequeños en una mansión victoriana. Éstos han quedado traumatizados por eventos relacionados con la anterior institutriz y el capataz de la mansión, quienes sostuvieron una relación apasionada e inmoral para la época y en la que los niños fueron testigos directos tanto del torbellino amoroso y lascivo como de su trágico final.  Lo que inicia como un relato en el que la recién llegada a la mansión trata de ayudar a los pequeños a superar el trauma pasa al terreno de lo paranormal cuando comienza a escuchar voces y ver apariciones espectrales que parecen ser de la pareja desgraciada.

La novela ha tenido múltiples adaptaciones al cine y el teatro. De una de ellas, la adaptación teatral de William Archibald, surge la idea de esta maravillosa cinta protagonizada por Deborah Kerr y dirigida por Jack Clayton.

Retrospectiva Bastarda: The Innocents (1961)

La película es de una sofisticación y modernidad sorprendente teniendo en cuenta el tiempo en el que se hizo, inicios de los 60’s, en el que el suspenso  y el terror inglés estaba inmerso en los patrones de la Hammer, con sus sagas de terror gótico (el Drácula de Christopher Lee y Peter Cushing) y ciencia ficción. Justamente Clayton quiso alejarse completamente de esos patrones y sumergirnos en una historia menos evidente, llena de sugerencias, bordeando el límite entre lo real y lo imaginario. Para ello, The Innocents tiene tres columnas fundamentales que la hacen extraordinaria. La puesta en escena, el guion y el trabajo de Freddie Francis en la fotografía.

Clayton se vale de elementos muy actuales como la tétrica canción de inicio con la pantalla aún en negro y antes de los créditos iniciales; canción compuesta para la película y que escucharemos en varios apartados del metraje por su importancia en la historia. También resulta destacable la manipulación del sonido ambiental y la música sin llegar a perpetrar clichés y recursos trillados. El recorrido de la mansión Bly tanto en sus exteriores como en las habitaciones con pequeños travellings y planos secuencia terminan por desnudarnos el lugar sin hacernos abandonar el aire de extrañeza que irradia, recordando en muchos momentos a la mansión Manderley de Rebecca.

Esto se acentúa mucho más con las actuaciones, principalmente de Deborah Kerr (Miss. Giddens) y Martin Stephens (Miles). Kerr transmite una mezcla de dulzura, puritanismo y perplejidad mientras su contraparte principal, el niño interpretado por Stephens, juega con esa dualidad entre la ingenuidad propia de su edad y un comportamiento adulto sobretodo a través del lenguaje y la mirada, lo que en ocasiones nos hace pensar que estamos frente a alguien poseído o en cierto sentido, alienado. No en vano es el mismo actor que un año antes había protagonizado El Pueblo de los Malditos.

Retrospectiva Bastarda: The Innocents (1961)

El guion es bastante preciso tanto en su estructura como en sus diálogos. Y es que no sólo están las manos de Archibald en él sino también las del escritor Truman Capote quien se tomó un descanso de la escritura de A sangre fría para coescribir The Innocents. Es así como encontramos durante casi todo el metraje el espíritu de la novela a pesar de estar más basada en la obra de teatro; desde las grandilocuentes palabras de Miles hasta las réplicas y contrarréplicas de éste con Miss. Giddens. Y persisten aspectos de la novela en menor medida que eran bastante chocantes para la época y paradójicamente lo serían aún más hoy.

Algunos ejemplos de ello son la extraña relación pasada entre Miles y el capataz, al igual que la de aquél con Miss. Giddens, tanto que encontramos una escena que filmada hoy daría para un escándalo tuitero; o la represión erótica de la institutriz y las consecuencias de ésta sobre su salud mental. Por momentos la película parece insinuar que las apariciones fantasmales y las voces son producto de su imaginación y es un acierto que durante toda la historia, con excepción del final, se mantenga esa dualidad entre lo que es real y lo que no.

Retrospectiva Bastarda: The Innocents (1961)

Finalmente, otro aspecto a destacar es la estupenda labor de Freddie Francis con la cámara y la luz. Este operador que después será habitual en películas de David Lynch como El Hombre Elefante o Dune y de Scorsese en Cabo de Miedo, hace un despliegue de talento y aprovecha las directrices de Clayton para potenciar la maestría visual de la película con planos secuencia bellísimos como la entrada inicial de Miss. Giddens a la casa con una coreografía perfecta.

Así también el juego de cámara con primeros planos y cambios de perspectiva o el primer plano de un personaje mientras tenemos en el fondo la réplica de otro dialogando tanto en lo verbal como en lo visual. Inserta el uso de planos abiertos con pequeños trayectos que finalizan en un plano cerrado dosificando las unidades de información, algo que veremos llevado al extremo después con Spielberg. A pesar de ser una película en blanco y negro, la luz es fundamental y se nota la sabiduría de director y operador al ubicar la cámara y acentuar o atenuar la presencia de luz natural y artificial. Se dice que Deborah Kerr en los descansos entre tomas debía usar lentes de sol pues las luces que usaban Clayton y Francis la cegaban.

Muchas cosas más podrían decirse de esta joya que debería ser vista por todos los amantes del suspenso y el terror, que tiene un ritmo completamente actual. Grandes cineastas como Joe Dante y Guillermo del Toro la incluyen dentro de sus favoritas y es más que evidente la influencia que ha tenido en películas como Los Otros y El Conjuro. No en vano Truffaut declaró que era la mejor película del género que se había hecho en Inglaterra después de la ida de Hitchcock a América. Y no es casualidad que también llegó a titularse, simplemente, Suspenso.


Retrospectiva Bastarda: The Innocents (1961)

Título: The Innocents – 1961

Dirección: Jack Clayton

Guion: Truman Capote, William Archibald (Novela: Henry James)

Música: Georges Auric

Fotografía: Freddie Francis (B&W)

Reparto: Deborah Kerr, Peter Wyngarde, Megs Jenkins, Pamela Franklin, Martin Stephens, Michael Redgrave

Una puritana institutriz es contratada para hacerse cargo de la educación de dos niños huérfanos que viven en una apartada mansión rural. Pronto empieza a sospechar que los antiguos criados, muertos hace tiempo, ejercen todavía una perniciosa influencia en la vida de los niños. Basada en la novela de Henry James «Otra vuelta de tuerca».

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