El pasado 6 de junio, Gerardo Burton publicó su libro de poemas Heridas que no cierran. Allí, a través de la palabra, hace evidente el sistema de violencia que oprime a la mujer como sujeto y, al mismo tiempo, desde su voz observa el propio accionar de los hombres sobre sus víctimas. Es crítico a su género y se pone en el lugar de esa otra que ya no puede hablar.
por @MLauParedes
Luego de grandes episodios que conmueven a la humanidad o a una persona en particular, surgen las voces que intentan no perder y superar aquello que se sufrió. Las experiencias son tomadas para sobrellevar el horror y continuar viviendo. En Heridas que no cierran, Gerardo Burton parte de episodios verdaderos en los que mujeres de nuestro país fueron asesinadas por hombres. Los femicidios, objetos de análisis en los diversos medios audiovisuales, son base de una construcción poética que transgrede eso que se nos cuenta desde el periodismo. Atrás de cada caso, hay vidas que ya no están porque hubo alguien que las destruyó. Las acciones y los desenlaces se nos muestran más cercanos y la realidad es leída desde otro lugar.
¿Por qué recomiendo este libro? Quizá una de las cuestiones sea que contiene poemas que dan a conocer las posibles palabras de esos tipos que se animaron a matar y que se pensaron con la facultad de eliminar sin freno alguno. La literatura le permite al poeta recrear la saña contra un cuerpo débil e indefenso. Es un hombre que pone en superficie lo que su propio género provocó. Expone los gritos, la sangre y hasta la cara de los asesinos en fotografías.
La contratapa invita a entrar en ese espacio creativo que va más allá de los lugares comunes y que profundiza sobre esta problemática con compromiso y originalidad. «No hay amuletos que te salven que preserven tu vida no hay talismán ni fe que proteja», dice el poeta. Y así, en diálogo con las mujeres muertas y con los que ocasionaron su deceso violento va armándose un discurso que conmueve y que invita a reflexionar.
Son quince los femicidios que pueden enumerarse en Heridas que no cierran. Todos ellos son casos que fueron cubiertos por medios nacionales y provocaron indignación en la opinión pública. Son tomados para mostrar las huellas que hechos tan dramáticos dejan en las familias de las mujeres asesinadas y en la sociedad en general.
El libro fue publicado por la Editorial Espacio Hudson y puede conseguirse a través del contacto con su sitio web o por medio del contacto con la Colectiva Feminista La Revuelta, organización que apoyó la distribución de este material que une lo periodístico con la literatura. La lucha contra los femicidios es, entonces, a través de la palabra y de la acción. De este modo, paso a paso, se dejan atrás tratamientos superficiales que no hacen más que banalizar una problemática que nos incluye a todos. Sin violencia intentan erradicar o minimizar la violencia machista.
La lectura les permitirá apreciar una creación poética digna del tema en cuestión. Queda en cada uno de nosotros la construcción de nuestro propio discurso como consecuencia de la reflexión en conjunto con ese poeta que supo dar voz tanto a unos como a otras. De ese enfrentamiento, necesariamente tiene que surgir un cambio en nosotros como sujetos pensantes.
Es un enfoque distinto al de la noticia que, muchas veces, sólo enumera la cantidad de casos o que sólo toma aquellos que llaman la atención por la agresividad de los hombres o por las características de cada mujer asesinada. Aquí, en Heridas que no cierran son ellos los protagonistas y son puestos en un primer plano para repudiar los terribles hechos que realizaron.
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