[REVIEW] The Boys – Temporada 1

[REVIEW] The Boys - Temporada 1

«El verdadero héroe es siempre un héroe por error; sueña con ser un cobarde honesto como todo el mundo».

Umberto Eco

Por @mauvais1

«The Boys» es un producto comiquero que dejará inocentón a The Punisher cuando salga al ruedo. Esa fue la declaración de su creador, Garth Ennis; otro de esos británicos que junto a Chris Claremont, Grant Morrison y Frank Miller (por nombrar algunos), oscurecieron la atmósfera de las viñetas americanas. Violencia, desenfreno y un nuevo proceso de leer a los héroes y sus vicisitudes. The Boys (2006) lo hizo; eliminó la melodramática puesta del encapotado en general, el heroísmo quieto de la brillante deidad, el sentido pudoroso de su accionar (Edad de Plata). Algo así como darle a Superman el espíritu humano que cotidianamente está poblado de sombras, dudas y remordimientos. Además de dejar ver su conocido desdén a tales criaturas.

Esta vez la violencia explícita es de niveles que rozan lo grotesco o desagradable. Donde la construcción de la trama base de la serie televisiva se fija en premisas que podrían sonar a cinematografía ochentera, de ese subgénero del cine de explotación, como son los vigilantes y las encarnizadas venganzas, claro que, dentro del tan en boga universo superheroico, aderezada con una esmerada carga de sarcasmo y nihilismo.

[REVIEW] The Boys - Temporada 1

“Ahora son unos libertinos, y el héroe los fastidia y horroriza”  (Friedrich Nietzsche)

En ese universo existen los superhéroes, el ordinario convive con ellos y toda la parafernalia que los rodea. Son, al ojo público, justamente lo que la humanidad desea; perfectos tanto física como moralmente. Celebridades y el rostro de absolutamente todo lo que se pueda comprar. Porque ellos no son la Liga o los Vengadores, son más bien el producto de un vasto y millonario conglomerado privado que vende a sus héroes al mejor precio. Ellos son Los Siete, y sus caras visibles son una caricatura mordaz que se ajusta a este desencantado tiempo en que los héroes son vistos más como accesorio propagandístico con tufo mesiánico que como una respuesta a los males que aquejan. Homelander, Queen Maeve, The Deep, Black Noir y A-Train son los que conocemos desde el comienzo y a los que se unirá la joven e inocente Starlight.

En el transcurso de la historia pasará el espectador por varios tópicos satirizados: la corporización del mundo, del primero, donde la marca es la dueña y decidora del consumo capitalista, claro que amoral, cínica y avieza en sus formas; la visión mesiánica de los líderes, carismáticas criaturas que capturan el sentimiento de los desclasados, los olvidados por el gobierno de turno, los fanáticos que creen hallar en los superdotados la respuesta a sus desenfrenadas plegarias; y claro, el reverso de estos héroes que no son más ni menos humanos en su intimidad que cualquiera de nosotros, aunque llevados a un extremo asqueante por la intocable celebridad que los rodea. Abusadores, violadores, adictos. Depresivos solitarios, psicópatas y cobardes.

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Tanto los guionistas como directores de los episodios han considerado que la fuerza de los hechos mostrados se luzcan a pesar de la cámara que no es parte del juego propuesto. Bien filmada lo está con esa dosis de excelente FX, pero cualquiera de los seis directores, entre los que encontramos a Dan Trachtenberg (10 Cloverfield Lane), por mencionar uno, podría confundirse con otro. El paño se mide en los personajes y sus malandradas, que son muchas; Karl Urban en particular logra matizar un personaje que de villano insoportable a hombre golpeado por los infortunios logra una mordacidad envidiable. Allí está lo anecdótico de quienes pueblan la serie, la construcción de personajes extremos, casi paródicos del relato de superhéroes.

Villanos y héroes sin filiaciones módicas, no hay buenos o malos, cada personaje se construye en ambos espacios otorgando a la historia la ambigüedad necesaria. Annie January/Starlight, interpretada por Erin Moriarty, cumple el recorrido clásico en su creación, aunque extremo en sus pruebas. Como el Hughie Campbell de Jack Quaid, un don nadie que se convertirá en el adalid de una causa que jamás deseó. Ellos son el punto de vista del espectador y sobrevivirán la historia con el mismo desagrado y la sorpresa que este.

«The Boys» es oscura, sarcástica, y lejos de parecernos cómica, cumple con la cuota de mordacidad en este tipo de historias que intentan desmantelar conceptos que se antojan viejos y de pasquín patriotero sobre los héroes y su tarea de conducir la humanidad hacia lo perfectible. Ambiciosa en su manera de demostrar que no todo lo que brilla es oro más que darle una vuelta de rosca a ese concepto. Las dudas existenciales, la explotación de la belleza hegemónica, la impune crueldad. Y aún así se ve algo anticuada en su manera de encararlo; el hombre destruido por la violación de una mujer a la que ama, en busca de una sangrienta venganza, parece poco convincente cuando ella no está para mostrar su posición o pensamiento al respecto.

Madelyn Stillwell (Elisabeth Shue), la manipuladora y retorcida vicepresidenta de Vought (la compañía dueña de los héroes), la callada y utilizada Annie, la muda Kimiko (Karen Fukuhara), y ni hablar de la cínica y desencantada Queen Maeve (Dominique McElligott) y su silencio cobarde frente a Homelander. Hasta hoy la historia está escrita por chicos y para chicos, lo que reduce de alguna manera el espacio que ellas pudieron explotar. Aunque quizás sea un hilado demasiado fino.

Cruda, nihilista, conceptualmente algo vieja y retorcida, «The Boys» es un espectáculo entretenido y con una historia que seguramente inspirará el binge-watching y que en su anunciada renovación tendrá la oportunidad de equilibrar esos puntos que nos generan incertidumbre. Sin lugar a dudas es interesante la idea, el concepto de héroes pedestres y villanos heroicos. La búsqueda de paralelismos con superhéroes conocidos y conceptos vistos en sus films y cómics, a la que sacan buen provecho, hará las delicias de los que ya están para despejar incógnitas y destronar falsos ídolos.


[REVIEW] The Boys - Temporada 1

Título: The Boys (creada por Eric Kripke)

Dirección: Dan Trachtenberg, Jennifer Phang, Philip Sgriccia, Daniel Attias, Stefan Schwartz, Fred Toye

Guion: Eric Kripke, Anne Cofell Saunders, Ellie Monahan, Evan Goldberg, Phil Hay, Matt Manfredi, Garth Ennis, Seth Rogen, Craig Rosenberg, Rebecca Sonnenshine, George Mastras (Cómic: Garth Ennis, Darick Robertson)

Reparto: Karl Urban, Jennifer Esposito, Jack Quaid, Elisabeth Shue, Laz Alonso,Colby Minifie, Jess Salgueiro, Brittany Allen, Bruce Novakowski, Sarah Camacho,Jaiden Cannatelli, Chace Crawford, Brittany Drisdelle, Karen Fukuhara,Haley Joel Osment, Alanna LeVierge, Dominique McElligott, Nathan Mitchell,Erin Moriarty, Jim Pagiamtzis, Antony Starr, Jessie T. Usher, Lovina Yavari,Jhonattan Ardila, Christian Bako, Abraham D. Juste, Stephannie Hawkins,Andrea Houssin, Akiel Julien, Aniko Kaszas, Anna Khaja, Callum Shoniker.

Productora: Amazon Studios / Original Film / Point Grey Pictures / Sony Pictures Television. Distribuida por Amazon Studios. Productor: Evan Goldberg, Seth Rogen

Primer temporada, 8 episodios.

La serie tiene lugar en un mundo en el que los superhéroes representan el lado oscuro de la celebridad y la fama. Un grupo de vigilantes que se hacen llamar «The Boys» decide hacer todo lo posible por frenar a los superhéroes que están perjudicando a la sociedad independientemente de los riesgos que ello conlleva.

Acerca de Marco Guillén 4338 Articles
Aguanto los trapos a Jordi Savall. Leo ciencia ficción hasta durmiendo y sé que la fantasía es un camino de ida del que ya no tengo retorno.

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