Inmenso Bastardo N°12: «Apocalypse Now» (1979), de Francis Ford Coppola

Bienvenidos a Inmenso Bastardo, la sección semanal en la que nos encargamos de explorar la historia del cine, pero con un detalle: Todas las películas que hablaremos en la sección duran 3 horas o más. Para la entrega de esta semana, sin embargo, haremos un viaje excepcional en muchos sentidos. Es hora de hablar de la inabarcable Apocalypse Now (1979), dirigida por Francis Ford Coppola.

Por @nicobarak

Como avisábamos en la introducción, esta entrega de la sección resulta una curiosa excepción a nuestra regla autoimpuesta de que todas las películas duren 3 horas o más. La versión estrenada en cines en el año 1979 duró tan solo 2 horas y 27 minutos, pero la película contó con dos reestrenos en el cual el metraje se extendió a las 3 horas y 16 minutos para su versión Redux y 3 horas y 2 minutos para la última versión relanzada en 2019 llamada Final Cut. Hablaremos más en detalle sobre las diferencias y la importancia de estas versiones más adelante.

Aun así, además de contar con versiones efectivamente de más de 3 horas de duración, la excelentísima Apocalypse Now es, quizás junto a la película que hablaremos la semana que viene, uno de los ejemplos más importantes del Hollywood de finales de los 70. De sus aspiraciones, de sus sueños y de sus expectativas. Existe en esta película un aura casi definitiva sobre la visión de uno de los autores más importantes que el cine tuvo el placer de albergar. Francis Ford Coppola, quien venía de dirigir sin parar El Padrino (1972), La Conversación (1974) y El Padrino: Parte II (1974), logró con este film una obra fundamental y crucial. Quizás la mejor manera de entender esta visión se encuentra en una cita que decía el mismo Coppola en una entrevista: “El cine está más relacionado con la poesía que con la narración”.

Apocalypse Now cuenta la historia del Capitán Willard (Martin Sheen), quien en 1969 es encomendado por sus superiores a una curiosa y extraña tarea en plena guerra de Vietnam. El coronel Walter E. Kurtz (Marlon Brando) está escondido en el medio de la selva, enloquecido y repleto de poder. Abandonó toda comunicación con el ejercito estadounidense y está liderando una tropa propia lejos del campo de batalla vietnamita. Willard deberá encontrarlo y eliminarlo. La historia está inspirada por otra excelente obra escrita por Joseph Conrad titulada Corazón de las tinieblas (Heart of Darkness), que aunque no tiene como escenario la guerra de Vietnam, produce relaciones espejadas interesantísimas.

«Corazón de las tinieblas» habla del viaje de un marinero que debe liderar su barco hacia Congo en búsqueda de un tal Kurtz, un exitoso jefe de una explotación de marfil. A lo largo de la novela, el protagonista comienza a escuchar más información sobre Kurtz, desde gente que lo idolatra y lo ama hasta la realidad definitiva de un personaje inmerso en la misma locura que tendrá el personaje de Marlon Brando en el film. La adaptación está muy lejos de ser fiel o directa, pero es cierto que ambas historias esconden las mismas preguntas sobre la moralidad, la locura y la justicia.

Uno podría pensar que entonces la novela original de Conrad fue tan solo un disparador inicial, y que el guion luego se convirtió en la herramienta fundamental del film, pero tal como cuenta Coppola en diversas entrevistas y en un documental preciosísimo sobre el film titulado Hearts of Darkness: A Filmmaker’s Apocalypse (1991), la realidad estuvo muy lejos de eso. Para entender esto, debemos hablar de lo que fue el rodaje de esta película, que sin lugar a dudas puede ser considerado como uno de los rodajes más difíciles y complejos de la historia del cine.

Por un lado, resulta injusto que ante una obra de la calidad y la magnitud de Apocalypse Now, el rodaje sea siempre uno de los puntos más hablados en el análisis histórico. Es cierto que Francis Ford Coppola, el director y co-escritor del film, se endeudó a más no poder para abarcar los excesos del presupuesto original. Pero, ¿qué tan importante es esto?

También es cierto que, debido al momento histórico en el que se filmó este film, todos los helicópteros y las explosiones que vemos en el film fueron reales. El rodaje se trasladó al medio de la selva filipina, y en ocasiones contó con algunas de las complicaciones más difíciles que le pueden tocar a un film. Por ejemplo, el actor original elegido para el rol protagónico era originalmente Harvey Kietel, quien luego de una semana de rodaje fue echado e intercambiado por el ya definitivo Martin Sheen. Las razones de este cambio, viendo la película finalizada, resultan lógicas y coherentes. El personaje de Willard tendrá un rol mucho más pasivo en el film, casi como el del mismo espectador, quien verá y será testigo de la locura que resulta de esa ilógica guerra de Vietnam. Harvey Kietel era demasiado llamativo para el personaje.

Este primer error fue, tal como indica el adjetivo, el primero de muchos errores y dificultades que tuvo el film. Desde momentos en los que todos los sets en la selva se destrozaron por completo debido a una tormenta histórica, hasta un peligroso infarto de Martin Sheen que casi termina con su vida. Todo esto generó, entre otras cosas, que Coppola hipotecara su propia casa, pusiera aún más dinero al presupuesto para solventar los gastos extra y prácticamente su futuro como cineasta dependiera del resultado del film.

Pero, ¿qué tan importante es esto? ¿Por qué Coppola luchaba tanto por finalizar este film? Por un lado, tenemos un circulo vicioso en el cual, evidentemente, si Coppola hipotecó su casa para el rodaje del film, le convenía que este sea lo más exitoso posible. Pero quedarnos con eso sería hilar en la superficie. La lucha de Coppola por la realización de esta película esconde una lucha que el director venía teniendo desde la primera entrega de El Padrino, y que se desarrolló in crescendo durante toda su carrera previa y posterior a Apocalypse Now. Esta lucha, que no es muy distinta a la que se tiene hoy en la industria pero desde otra posición, no es nada más ni nada menos que la de la libertad creativa.

Coppola quería ser su propio productor. Había algo en la relación artista-productora que, tanto a él como a muchos otros directores de la época, le complejizaba la realización cinematográfica. A diferencia de la pintura, la literatura o hasta la misma música, el cine necesita a menudo de enormes equipos de trabajo, muchísimo dinero y gente que confíe en el proyecto para que la obra final siquiera exista. En la música, aún con el gasto de los instrumentos, el equipamiento y los estudios de grabación, la inversión inicial no se compara a la de una película de presupuesto medio. Pero la generación estadounidense de los 60 y los 70 confiaba en que había dentro de la industria una forma de narrar libremente.

Para mediados de los 70, Coppola ya se comenzaba a dar cuenta que era imposible esa visión. La película imaginada por el artista original debía estar siempre dispuesta las necesidades comerciales de una productora y un mercado que la consumiera. Quizás entendiendo este subtexto del rodaje de Apocalypse Now podemos entender mejor qué estaba en juego con este rodaje. Que un director que venía de dirigir las dos películas de El Padrino y La Conversación no tuviera luz verde en casi ninguna productora para que realice su film era, como poco, desesperante. Más aun cuando todo el propio dinero de la familia Coppola estaba en juego.

Volviendo a la película, todos estos conflictos del rodaje fueron desordenando y desorbitando el guion original co-escrito entre Coppola y John Milius. El director a menudo dedicaba noches enteras entre jornadas de rodaje a reescribir escenas, secuencias y momentos del film, todo con la novela de Conrad como biblia inspiracional que vigilaba su creatividad. Entre algunos de los cambios que quería hacer se encontraba el final, que no le terminaba de satisfacer del todo, aun en las etapas finales del rodaje. Para estas etapas finales, otro conflicto se sumó a la realización, con un Marlon Brando que llegaba con una estricta agenda de solo 3 semanas de rodaje, totalmente excedido de peso y que, entre caprichos, desperdició toda su primera semana simplemente hablando sobre el personaje sin siquiera haber leído del todo ni el guion ni la novela original y sin filmar ni un solo plano.

La actitud de Brando, eso si, colaboró con que Coppola pudiera darle un cierre mucho más preciso al film, y contribuyó para darle al personaje de Kurtz un aire místico único e irrepetible. Es ya conocida la icónica secuencia craneada entre Coppola y el excelente director de fotografía Vittorio Storaro en la cual vemos a Marlon Brando con la mitad de la cara iluminada y la otra mitad en autentica penumbra. Cada aparición de Kurtz está influenciada por esta fotografía casi traída del cine expresionista alemán, a excepción de una escena incluida únicamente en la versión Redux estrenada en 2001 que inteligentemente fue eliminada para la versión final del film.

Con el rodaje finalizado, comenzó ya la titánica tarea de conseguir un largometraje lógico dentro de los kilómetros de metraje filmados. Ya el presupuesto que había iniciado alrededor de los 12 millones se había duplicado a más de 25 y todavía no había ni un corte del film. Coppola continuó endeudándose, poniendo como seguro ya no solo la hipoteca de su casa, sino que su auto, todos sus ahorros y los beneficios a futuro de la franquicia de El Padrino si el film llegaba a fracasar. Luego de muchos prestamos y reclamaciones de la productora que financió y le prestó el dinero a Coppola, Apocalypse Now fue finalmente estrenada en el festival de Cannes como work in progress (película aún no terminada) y contó con un recibimiento excepcional que la introdujo de lleno en la historia del cine.

Bajo las obvias ordenes de United Artists, quien fue coproductora del film junto a la productora del mismo Coppola, la película redujo muchísimo su metraje para poder generar un corte más accesible y comercial. Años más tarde, el director iba a reestrenar el film en el mismo festival de Cannes, pero ya con una versión de 3 horas y 16 minutos que incluía muchísimo del metraje eliminado originalmente, para ser finalmente superada por el corte definitivo estrenado en 2019 titulado Apocalypse Now: Final Cut.

Las diferencias entre la versión Redux estrenada en 2001 y la de 2019 son relativamente pocas, ya que solo hay unos 15 minutos de metraje reducidos para la versión final. Lo que es si fundamental de este último reestreno es el nuevo trabajo de remasterización sobre la película, que probablemente se posicione como una de las remasterizaciones de cine mejor logradas hasta la fecha. Es casi imposible entender como de un rodaje tan problemático y dificultoso se lograron imágenes tan bellas como las que vemos en este Final Cut, de una gama cromática y de una atención al detalle únicos. Pero, de nuevo, si solo nos quedamos con esto, nos quedamos en la superficie.

Estas reediciones, que evidentemente mejoran y agregan a ya una obra maestra como fue la estrenada en 1979, son también reflejos de esta eterna persecución por la libertad creativa. El dinero extra que Coppola ganó con este relanzamiento, al igual que con el nuevo corte de El Padrino: Parte III (1990) son demostraciones de un director que, aún al día de la fecha, sigue luchando por autofinanciar sus proyectos, tal como indicaba la reciente noticia que decía que Coppola estaba dispuesto a poner 100 millones de dólares de su bolsillo para financiar su próximo film.

Esto tiene un historial. Coppola, luego del dificultoso rodaje de Apocalypse Now, apostó nuevamente todo su dinero en un proyecto que dinamitó por completo su carrera. One From The Heart, estrenada en 1982 y dirigida por Francis Ford Coppola, contó con un presupuesto de 26 millones de dólares, la totalidad del mismo puesto del bolsillo del director, con deudas, prestamos y fracasos. La película recaudó poco más de 600 mil dólares y el sueño inicial de autoproducirse sus propias películas se terminó.

Un amigo del mismo Coppola al mismo tiempo hacía una apuesta similar en la cantidad, pero diferente en el riesgo. George Lucas invertía en El imperio contraataca (1980) más de 10 millones de dólares que surgían de los beneficios de la Star Wars original. Los buenos resultados de la apuesta sobre la secuela de Star Wars en oposición al enorme fracaso de One From The Heart terminaran siendo una representación bastante fiel del futuro de la industria.

¿Y qué nos queda? Nos queda el cine. Apocalypse now, a pesar o quizás debido a todos sus problemas se convirtió no solo en una obra de culto, sino que en una obra maestra. La precisión con la que Coppola retrata la ambigua moral estadounidense es una de las formas cinematográficas mejor logradas de la historia. En eso se entiende su opinión sobre el cine y la poesía. El cine, según Coppola, no está destinado a simplemente contar una historia creativa, o que tenga personajes interesantes. Al menos, no es solamente eso.

El cine según Coppola va más de decir lo mismo que dirías en una conversación casual, pero de una forma artística y profunda que, de alguna manera, sea superadora. Se pueden dedicar miles de palabras más para hablar de qué significa esta ambigüedad o qué dice el mismísimo rodaje de la película de la película en sí, pero hay algo en la poesía cinematográfica que es prácticamente imposible de definir en palabras y que hace que el cine sea el cine. Ese algo es por lo que luchó, lucha y quizás siga luchando Coppola, junto a muchos otros directores.

¿Valió la pena todo ese esfuerzo? A Coppola le costó prácticamente 5 años de vida, a Martin Sheen le costó casi su propia vida y a los centenares de personas que participaron del rodaje en el medio de la selva, más de lo mismo. Aún con todo eso, esa no sé si es una pregunta que se pueda responder.


  • Título original: Apocalypse Now
  • Año: 1979.
  • Duración: 153 minutos.
  • País: Estados Unidos.
  • Dirección: Francis Ford Coppola.
  • Guion: John Milius y Francis Ford Coppola. Novela: Joseph Conrad.
  • Música: Carmine Coppola y Francis Ford Coppola.
  • Fotografía: Vittorio Storaro.
  • Reparto: Martin Sheen, Marlon Brando, Robert Duvall, Frederic Forrest, Sam Bottoms, Albert Hall, Laurence Fishburne, Harrison Ford, Dennis Hopper, G.D. Spradlin, Christian Marquand, Aurore Clément y Cynthia Wood.
  • Productora: Zoetrope Studios.
  • Género: Drama bélico.

Durante la guerra de Vietnam, al joven Capitán Willard, un oficial de los servicios de inteligencia del ejército estadounidense, se le ha encomendado entrar en Camboya con la peligrosa misión de eliminar a Kurtz, un coronel renegado que se ha vuelto loco. El capitán deberá ir navegar por el río hasta el corazón de la selva, donde parece ser que Kurtz reina como un buda despótico sobre los miembros de la tribu Montagnard, que le adoran como a un dios.

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