Westworld [Temporada 3]: «Decoherence (3×06)»

Otro sólido episodio de «Westworld» donde las piezas del rompecabezas se van poniendo a punto, cerca del final de temporada. Analicemos un poco.

Por @ElPatoAlvarez_

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El quinto episodio de Westworld nos dejó con una incógnita que, al margen de la serie, es un planteo existencial inherente del ser humano: Si supiéramos nuestro fatal destino (dónde, cómo, cuándo…), ¿seríamos capaces de cambiarlo o nuestra naturaleza nos llevaría al caos absoluto y la decadencia?

El mismo planteo continua en «Decoherence», a dos episodios del final de temporada donde tres tramas van confluyendo, quizás, sin quererlo.

Por un lado tenemos la toma de DELOS por parte de Serac y el posterior descubrimiento de Charlotte como una copia de Dolores.

En este punto, este «clon» ya tomó conciencia propia y sus sentimientos, que no fueron suprimidos por una razón, están desprendiéndose cada vez más de su original.

La Decoherencia Cuántica es el término aceptado y utilizado en mecánica cuántica para explicar cómo un estado cuántico entrelazado puede dar lugar a un estado físico clásico (no entrelazado). En otras palabras cómo un sistema físico, bajo ciertas condiciones específicas, deja de exhibir efectos cuánticos y pasa a exhibir un comportamiento típicamente clásico, sin los efectos contraintuitivos típicos de la mecánica cuántica.

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Explicado en términos que se puedan entender, la Decoherencia Cuántica postularía que una entidad (la copia de Dolores) estaría influenciada por el medio en el que se mueve y comenzaría a cambiar sus aptitudes, adaptándose a éste y desprendiéndose de los comportamientos que comparte con su original entrelazado.

Pero ella no es el único ejemplo de este término: Maeve está atada a preceptos impuestos por una narrativa en el parque de atracciones (en este caso su hija) y por mandamientos que le impone Serac para liberarse, irónicamente, del yugo de unas cadenas virtuales que el mismo francés amenaza con seguir manteniendo. Su identidad se formó en un ambiente y se sigue amoldando a otro, según las circunstancias, diferenciándose del anterior.

Se da un primer encuentro entre Dolores (o lo que queda de la copia de Connells) y Maeve en el que se pone en juego un diálogo que, en vez de acercarlas, las aleja más por un hecho que, desde mi punto de vista, se e¿siente forzado para provocar el enfrentamiento entre estas Hosts.

La falsa Charlotte, por otro lado, logra escapar del edificio de DELOS no sin antes llevarse a varios empleados e intentar asesinar a Serac aunque, sabemos, que el villano es omnipresente.

Por esta razón, tanto ella como su familia intentan escapar cuando su auto explota y la única sobreviviente mutilada por el fuego clamará por venganza. Permítanme otra vez creer poco y nada toda esta trama, aunque entretenida, pero fuera de toda verosimilitud, incluso para una entidad robótica.

“No importa lo que he sido. Bueno o malo. Todo lo que hemos hecho nos ha traído aquí. Y por fin entiendo mi propósito. Soy el bueno”

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Bueno, quizás no tanto. Pero la vida del ser humano está incompleta sin un propósito. Por esta razón varias corrientes filosóficas dicen que nos hemos creado un Dios, para que marque nuestro camino o, también, para desligarnos de ciertas responsabilidades y culpas, delegando el manto a una entidad superior para no asumir que somos artífices de nuestro propio destino y caer en la cuenta que estamos solos ante el mundo y sus vicisitudes.

Aquí, creo, es donde este episodio de Westworld gana de nuevo mi interés; al encontrarnos con el pasado y la evolución del personaje de Ed Harris en medio de las otras dos historias.

Primeramente lo tenemos en una terapia grupal en el psiquiátrico, vestido de blanco al igual que sus compañeros, hablando sobre los «planes de Dios». William, en contraposición de lo que dice uno de los pacientes, espeta un discurso claramente nihilista y sin esperanza (en apariencia) que me hace pensar en un posible soliloquio de Lúcifer arengando a la liberación de los ángeles al mando del dios supremo. Porque vamos, no digan que ese plano con William en el medio de la reunión de atuendos puros y blancos no los interpela a verlo de una manera icono-religiosa.

Afuera, el caos desatado por Dolores amenaza con infectar este reducto de supuestas amenazas a la Sociedad. Sin embargo, el tratamiento de William sigue, con este aparatejo que es el mismo que se le implantó a Caleb (¿otra «aberración» en el sistema perfecto de Serac?) y que lo enfrenta a sus pecados encarnados en diferentes versiones de sí mismo: el Hombre de Negro, el William empresario, el joven ambicioso y el niño ¿inocente?; todos supervisados por James Delos, en una secuencia maravillosa que pone en tela de juicio la verdadera naturaleza del personaje.

El descubrimiento del propósito de William es mayormente dado por su pasado cuando niño y su virtud en la maldad inherente, pero también en todo el recorrido que, a través de los años, ha realizado.

¿Qué somos, al fin y al cabo, sino la acumulación de nuestra experiencia y sus consecuentes errores?

Ahí, probablemente, radica el libre albedrío: aprender de nuestros errores pasados para entendernos y elegir el mejor camino hacia el futuro.

Al final, tanto Stubbs como Bernard llegan para «rescatar» a William de la institución mental y, al parecer, se una a su causa contra Dolores.

Una pequeña perla que puede adelantarnos el final de la historia de William y Dolores es en el libro que lee de pequeño el Hombre de Negro: «Sir Rowan and The Lady of Sulon».

Para sintetizar y no hacerlo muy largo, esta historia tiene similitudes a una de las novelas del escritor Chuck Black llamada «Sir Rowan y la conquista de Camerian», sexto libro en la saga de los «Caballeros de Arrethtrae».

Allí, Rowan es un huérfano en busca de su destino, el cual encuentra siendo un caballero del Rey y que tras innumerables hazañas, se vuelve orgulloso dejando de lado su pueblo.

Más tarde, su pueblo es asediado por un villano totalitario el cual tendrá que vencer con la ayuda de una doncella y elegir entre dos destinos, uno que liberará a su pueblo y otro lejos de él.

Las coincidencias son notables con la historia del Hombre de Negro, además de las alegorías cristianas que desprende este libro (al igual que Westworld), según dicen, cercanas al libro del Apocalipsis.


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  • Título: Westworld (Temporada 3)
  • Cadena: HBO
  • Creadores: Jonathan Nolan, Lisa Joy.
  • Elenco: Evan Rachel Wood, Aaron Paul, Thandie Newton, Jeffrey Wright, Tessa Thompson, Luke Hemsworth, Simon Quaterman, Vincent Cassel, Tommy Flanagan, Ed Harris.

 

 

 

 

Acerca de Diego Alvarez 1480 Articles
Cinefilo, comiquero, coleccionista, comic addict. Whovian de tiempo completo.

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